Continúa el bloqueo de carreteras por los camioneros franceses
La situación del tráfico en las autopistas y carreteras francesas parecía ayer por la mañana al borde del colapso, como consecuencia de la extensión del movimiento de protesta de los camioneros franceses a otras zonas del país, en respuesta a la petición de las dos organizaciones patronales del sector -FNTR y UNOSTRA- de desencadenar un movimiento de alcance nacional. Los cortes de tráfico se han producido en principalmente en Normandía, Pirineos o la región de Estrasburgo. Una mujer resultó muerta el sábado por la noche en Clermont-Ferrand, cuando el coche en el que viajaba quiso evitar un convoy de camiones que obstaculizaba el paso de otros vehículos.La peligrosa situación, con una patronal que exige negociar prácticamente con el Gobierno de rodillas y éste dispuesto a no hacerlo hasta que aquellos levanten sus barricadas de autopistas y carreteras, recibió a primeras horas de la tarde un brusco golpe de timón que ha rebajado notablemente la tensión, al producirse un inesperado encuentro televisivo entre el portavoz del Gobierno, Max Gallo, y el responsable de la principal organización patronal del sector, la FNTR, Maurice Voiron, durante el telediario de la primera cadena de televisión.
Apertura de negociaciones
El representante de la patronal, que agrupa a la mayoría de los 32.000 patronos del sector, solicitó a sus afiliados que permitieran la libre circulación de vehículos en el valle de Chamonix, aliviando la situación de las estaciones invernales de los Alpes, bloquedas desde hace días. Instantes antes, Max Gallo había señalado que los poderes públicos estaban dispuestos a tender una mano a los transportistas si éstos daban un paso al frente, en el sentido de permitir el restablecimiento de la circulación "en las próximas horas". Según Voiron, si las negociaciones se abren de forma inmediata, sería posible "levantar las casi 80 barricadas diseminadas por toda Francia en el espacio de una hora".
El movimiento de protesta de los camioneros surgió tras las huelgas de celo llevadas a cabo en las dos últimas semanas por los funcionarios de aduanas en la frontera franco-italiana, en demanda de mejores condiciones de trabajo. Esa huelga originó tremendas colas de camiones franceses en la parte italiana del túnel del Mont Blanc. Fue así como los transportistas franceses iniciaron su movimiento, que pronto se vio estaba perfectamente coordinado, reclamando compensaciones por los daños causados por tales retrasos, a lo que se ha añadido la simplificación de trámites aduaneros, la circulación en sábados y domingos y ciertas ventajas de orden fiscal.
Para algunos medios de comunicación franceses, así como para los sindicatos mayoritarios, el endurecimiento de la posición de los camioneros y el tono de amenaza de los dirigentes de ambas patronales del sector, responde a una maniobra política premeditada, dirigida contra el Gobierno Mitterrand.
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