Primeros abandonos en el París-Dakar antes de embarcar hacia Argel

Cinco automóviles, tres motos, dos camiones y un vehículo de asistencia, de los 397 participantes que iniciaron el pasado domingo el VI Rally París-Dakar, no pudieron embarcar en el ferry que trasladó, durante el día de ayer, a los equipos desde Sète a Argel al quedarse accidentados o averiados en la travesía de Francia, primer recorrido de enlace sin cronometrar.Los españoles Carlos del Val y Miguel Angel Guerrero, con un camión Pegaso, y Juan Porcar, que forma equipo junto a los italianos Paolo Scalera y Toni Merendino con un Mercedes, no tuvieron problemas para embarcar. Miles de personas escoltaron a los participantes durante todo el domingo mientras descendían, a lo largo de 1.072 kilómetros, hasta Sète.

Poco antes de embarcar, Thierry Sabine, organizador de la prueba, habló con los pilotos y les dijo que "a partir de Argel no conoceré sus nombres, para mí serán simplemente un número". Mientras los participantes iban penetrando en el ferry, Sabine realizaba algunos comentarios con ellos. Siempre señalando que "me preocupa que la prueba se esté profesionalizando en exceso, ya que eso deja menos margen de maniobrabilidad a los privados". Hay quien asegura que Audi le pidió a Sabine que suavizara el recorrido, solicitud a la que se negó el organizador.

Sabine se refería a la gran lucha de marcas que sigue existiendo en el París-Dakar. Porsche -que cuenta con el belga Jacky Ickx, último vencedor- y Mercedes -que no se presenta de forma oficial, pero que ha apoyado el despliegue de multitud de equipos (entre los 253 coches que han iniciado la carrera, hay más de 100 Mercedes)- protagonizarán la gran lucha entre los coches, mientras BMW -que tiene en su equipo al francés Hubert Auriol, último ganador-, Yamaha y Honda -que también han invertido muchos millones en la aventura- se disputarán el título de las motos.

La etapa Argel-El Goléa, de 800 kilómetros, inaugurará hoy el verdadero rally. Los participantes tendrán que pasar por tramos difíciles, fundamentalmente, por su estrechez.