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El Madrid no freno a Epi y gano el Barcelona

Luis Gómez

Nadie supo parar a Epi. Conclusión: el Barcelona ganó, es finalista y aspirante a su sexto título consecutivo de campeón de la Copa del Rey. El Barcelona jugó para derrotar al Real Madrid durante 39 minutos, pero estuvo a punto de caer en el otro encuentro que se disputó en los últimos 56 segundos. El final fue todo un legado de espectacularidad y emoción. Pero antes nadie supo parar al que ayer volvió a ser super Epi.

El Real Madrid se encontró desnudo sobre el parquet desde casi el saque inicial. Serra había diseñado un golpe de mano eficaz sobre la base del actual juego madridista: Iturriaga. Serra evidenció que había estudiado concienzudamente el partido y que conocía a la perfección los sistemas de su rival. Serra tenía en su mano los planes de las posiciones madridistas. Así, la ventaja comenzó muy pronto a ser abrumadora.

Epi y Sibilio jugaban para su equipo y para la galería. Todas sus acciones eran resultado de una ejecución impecable. El Barcelona era una máquina perfectamente engrasada. Todo lo ha cía bien; una máquina infalible de hacer puntos, de defender, de estar sobre la cancha e incluso de coger rebotes. No existía el mínimo resquicio para llevarlo a una contienda igualada.

El estado del marcador señalaba tendencia a una amplia ven taja. Así, durante 15 minutos de la primera parte, los jugadores madridistas dibujaban en su rostro la imagen de la agonía. Epi no fallaba nada. Sibilio competía con él, Davis hacía el juego sucio, indispensable en esta batalla. No conseguía canastas, sólo machacaba en los tiros libres, pero castigaba de personales a Romay y Robinson. Un trabajo bien hecho el suyo.Al Real Madrid sólo le quedaba esperar, era su única oportunidad. Hasta que, por una vez, el contraataque de Iturriaga tuvo alguna efectividad, y el marcador se acortó ligeramente. La ventaja en los últimos minutos permitía alguna esperanza de cara a la segunda parte. Una jugada muy afortunada de Jackson, cuando sólo faltaban dos segundos, permitió al Real Madrid alcanzar el descanso con sólo tres puntos de desventaja. Una auténtica sorpresa, a la vista de lo que había sucedido durante esos 20 minutos.

En la segunda parte, el dominio azulgrana no fue más aparatoso porque la defensa madridista pudo reponerse en parte. Aun así, la lucha resultó agónica aunque sólo fuera para que los azulgranas no se escaparan de más de 10 puntos. Eran momentos de gran tensión, porque sobre la cancha quedaba la sensación de que era entonces cuando se estaba jugando el partido. Serra contemplaba la situación arrodillado y con la mano sobre la barbilla. Estaba viendo cómo se movían sus piezas. Lolo Sainz hacía lo propio, aunque en una postura aparentemente más relajada.

A falta de dos minutos la ventaja todavía era sustanciosa. A falta de 56 segundos, ocho puntos separaba al Barcelona de su clasificación para la final. 56 segundos parece muy poco tiempo. Pero en ese minuto algo corto, el Real Madrid intentó jugar nada menos que casi un partido. Con un pressing muy bien organizado que el BIarcelona acogió casi sin inmutarse, despreocupado como estaba saboreando la victoria, funcionó.

Nada menos que 16 segundos después la situación había variado ligeramente: la ventaja azulgrana era sólo de seis puntos. Dos segundos después era de cuatro puntos: había lugar a la preocupación. Serra pidió tiempo muerto, cogió el papel y dibujó una nueva táctica sobre él. De nada debió servir, porque unos segundos más tarde el marcador señalaba 100-102. A falta de 23 segundos y con el ritmo que llevaba la presión madridista, el Barcelona temía lo peor. No sucedió de milagro. En esos momentos, en ese pequeño minuto, el Real Madrid había sido muy superior al Barcelona. Pero era una diferencia de 39 minutos a uno y, lógicamente, el Barcelona se había merecido el pase a la final.

El CAI, finalista

En el otro partido de semifinales, el CAI Zaragoza se proclamó finalista al vencer al Joventut por 87-83. La final se jugará hoy a las 19.00 horas. El partido por el tercer y cuarto puesto comenzará dos horas después.

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