Lendl y Connors repetirán la final del pasado año

El checo Ivan Lendl jugará hoy, por segundo año consecutivo, la final masculina de Flushing Meadow, al vencer en semifinales al norteamericano Jimmy Arias por 6-2, 7-6 (7-3) y 6-1. El norteamericano, de 31 años, Jimmy Connors, que ayer venció a Bill Scanlon por 6-2, 6-3 y 6-3, será el otro finalista. Se repite así la final del pasado año, en la que Connors se impuso en un partido espectacular con mucha igualdad. Este año, sin embargo, Lendl parece tener más posibilidades porque su juego ha sido, sin duda, el mejor del torneo. La clave de la final de hoy estará en el acierto de Lendl en el servicio.En el partido entre Lendl y Arias se dieron tremendos derechazos. Ambos jugadores son los que mejor drive tienen en el tenis actual. Pero Lendl, con un mejor pnmer servicio, se aprovechó de la inexperiencia de Arias, para superarle muchas veces con bolas muy profundas.

Arias, un buen jugador aún demasiado inexperto, tuvo errores en su colocación en la pista y falló en el segundo servicio demasiadas veces, dejándolo corto, lo que permitía a Lendl golpear con tranquilidad y llevar la inciativa en el punto. Lendl ganó fácilmente el primer set por 6-2, en sólo 27 minutos. Pero el checo entro en crisis en el segundo set. Fue su bajón, lo que permitió a Arias adelantarse y llegar a disponer de tres bolas de set, con 5-4 a su favor y servicio de Lendl. Pero no supo aprovecharlas, y Lend acabó ganando el tie-break y ya, apretando el acelerador, el tercer set por 6-1. Jimmy Arias tuvo su oportunidad de dar la vuelta al partido en ese tie-break. Y él lo sabía: "Si lo llego a ganar, podría haber llegado a la final. Lendl estaba en un momento bajo".

La victoria de Connors tuvo su base en su acierto para restar los servicios de Scanlon. Connors es, quizás, el tenista que mejor resta y ayer, además, Scanlon falló en su primer servicio, cuyo porcentaje no llegó ni siquiera al 40%. Fue una victoria sin problemas. Connors rompió el servicio de Scanlon en los primeros juegos de cada set y siempre fue por delante, impidiendo, al mover a su rival de un lado a otro de la pista, que recuperase su ritmo. Connors acabó el partido cojeando, ligeramente, y lo hizo con un ace, como sólo pueden ganar los grandes maestros.