Segundo día de huelga en la radio portuguesa
La gran mayoría de los 2.200 trabajadores de la Radio Portuguesa (RDP) matuvo ayer, por segundo día consecutivo, una huelga en apoyo de sus reivindicaciones salariales. La huelga ha provocado la suspensión de gran parte de las emisiones de la principal cadena de radio y el paro total de una cadena secundaria, Radio Comercial.Se trata de la tercera huelga que se produce desde el pasado 20 de julio en la radio estatal. Los trabajadores piden un incremento salarial por encima del 17% que ofrece la Administración. Los huelguistas solicitan incrementos superiores ya obtenidos por otras empresas públicas portuguesas. La tensión de las relaciones laborales en la RDP, como en la mayor parte de los medios de comunicación social del Estado portugués, tienen su origen en una serie de medidas gubernamentales.
El acuerdo de principio establecido la semana pasada entre el Gobierno de Lisboa y el Fondo Monetario Internacional incluye, entre otras disposiciones con las que se quiere reducir el déficit del presupuesto del Estado, el cese prácticamente total de las subvenciones del Gobierno al sector empresarial público y la aplicación de esta política a los medios de comunicación social. Medida que puede tener consecuencias fatales para varios periódicos y para las dos agencias de noticias, y que llevaría a imponer drásticas reducciones de plantilla en la radio y la televisión del Estado, en difícil situación financiera desde hace años.
A los problemas de índole estrictamente laboral (despidos y reducción de salarios) se juntan otros de tipo profesional. El Sindicato de Periodistas Portugueses, unitario y autónomo respecto a. las, grandes centrales sindicales, ha manifestado en varias ocasiones su preocupación por la política seguida por el nuevo Gobierno en materia de información.
La hostilidad de Mario Soares y del Partido Socialista Portugués a la existencia de un sector estatal de comunicación no es nueva: el primer ministro declaró siempre su preferencia por una empresa libre e independiente, que considera más adecuada a la defensa de la libertad de opinión.
En cambio, sí es radicalmente nueva la actitud adoptada por Mario Soares en relación a los profesionales de la información desde su regreso al poder. Los obstáculos impuestos por los miembros del Gobierno al acceso a la información han provocado reacciones críticas de todos los sectores ideológicos.
Además de escoger a los responsables de la programación de la radio y de la televisión estatales en función de criterios exclusivamente políticos, el Gobierno, y más precisamente el primer ministro, han sido acusados de interferir directa y personalmente en la gestión de los medios de comunicación del Estado, para alejar de los micrófonos a periodistas considerados incómodos.
Finalmente, los medios profesionales de la información portuguesa esperan con preocupación la fecha del 31 de agosto, señalada por el ministro de Estado, Almeida Santos, como "límite para la solución definitiva" del problema de las agencias de noticias.
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