La Real eliminó al Español en la tanda de penaltis
"No es para estar muy satisfecho", decía el presidente de la Real Sociedad, José Luis Orbegozo, minutos después de que López Ufarte marcara el último penalti. Se habían disputado 120 minutos de juego bronco e insulso y el conjunto donostiarra eliminaba de la Copa de la Liga al Español de forma totalmente injusta.
El Español, superados los primeros 15 minutos de juego, cogió las riendas del partido al comprobar la pasividad de su rival, que solamente inquietó al meta camerunés Nkono con un remate de cabeza de Uralde. Lauridsen y Zúñiga movieron al conjunto blanquiazul con las lagunas habituales y que han podido verse en Sarriá durante toda la temporada. Pero su labor era stificiente para crear un peligro ficticio ante la meta de Arconada, porque Giménez y Marañón no tenían su noche. La Real, mientras tanto, hacía su partido con un fútbol tosco y, a veces, violento, esperando un contraataque o una genialidad de López Ufarte.
Tras el descanso, no mejoró el espectáculo y sí bajó la condición fisica del Español. Más facilidades, por tanto, para el equipo que se dedicaba solamente a destruir. Los hombres de Maguregui, sin las fuerzas suficientes para coordinar las acciones, se dedicaron a elevar los balones para lucimiento de Arconada, que evitó un par de goles cantados. Faltas y más faltas. Una sinfonía de silbato y lluvia de tarjetas amarillas, como si se celebrara la Navidad en el mes de junio. Al final, 30 minutos más de castigo y la emoción de los penaltis. Nkono, cuyo nombre fue coreado por el socio blanquiazul, no pudo salvar al Español de la eliminación. Dos hombres técnicos, Marañón y Lauridsen, fallaron lo más fácil. Hasta en esto tuvo suerte la Real.
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