Bill Broadhurst,
albañil inglés retirado, de 65 años, ha perdido a su mujer y a sus tres hijos por su tacañería. Casado con Thelma Broadhurst desde hace 36 años, la pareja nunca disfrutó de luna de miel y en los pocos viajes que hicieron juntos se hospedaron en caravanas. El tacaño de Bill exigía a su hija que pagara cinco peniques (10 pesetas) cada vez que se duchaba. Su esposa tuvo que alimentar y vestir a sus hijos con 16 libras semanales (unas 3.200 pesetas), mientras que Bill jugaba en los ratos libres al golf y a los bolos. Cuando la familia Broadhurst propuso comprar un televisor, Bill se negó, por lo que el aparato corrió a cargo de Thelma y uno de los hijos. El señor Broadhurst decidió entonces pasarles una cuenta semanal de 50 peniques (100 pesetas) por gastos de electricidad. Si Bill llevaba a su esposa en coche hasta el trabajo, le cobraba la gasolina. Thelma se acaba de divorciar, según informa Efe, de su tacaño marido.
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