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España necesito de un penalti para ganar a Holanda

J. GARCIA CANDAU ENVIADO ESPECIAL Por un gol y de penalti como desean in extremis algunos forofos, ganó España a Holanda. Por juego y garra mereció una mayor ventaja. Holanda vino a Sevilla a celebrar la festividad del día. El miércoles de ceniza los holandeses practicaron el ayuno y la abstinencia. España, en cambio, no se resignó a que don Carnal cediera el mando a doña Cuaresma. Ganó por un máximo castigo, el único que señaló el árbitro, pero salvo los primeros veinte minutos del segundo tiempo, se movió con mas prontitud en el pase y con más sentido de la verticalidad.

Holanda ya no es la naranja mecánica y España tampoco es la selección a la que le pesaban las piernas durante el Mundial. Holanda en todo caso huele a cítrico israelí, o sea, a cámara de barco. España tiene ahora más zumo del que contenía aunque todavía le falta cierta maduración para adquirir el dulzor idóneo que posibilita la venta en los mercados europeos. España ha recobrado cierta alegría en el juego y ha adquirido un ritmo más trepidante.

Gran encuentro de Señor

Lo más singular del nuevo equipo español es un chiste fácil Señor es todo un señor jugador El casi diminuto volante del Zaragoza posee toda la sabiduría enciclopédica que suele adjudi carse a las ratas de biblioteca Por ese avispado modo de desenvolverse y por esa facilidad que tiene para manejar la bola se convirtió ayer noche en pieza clave del conjunto español. La falta de centímetros la suplió con una magnífica visión de lo que es el juego de contraataque. Señor rec.ordó anoche al también dimi nuto centrocampista de la selec ción francesa Giresse Sánchez por el modo de situarse y mover se con el balón en los pies. Señor trató de complicarse la vida lo menos posible. Nunca se atracó de balón y ello le posibilitó evitar el choque con el adversario que es donde tiene las de perder. En el fútbol quizá lo más importante es que cada jugador sepa aprovechar sus condiciones naturales.

Pese al gran encuentro del zaragozista, el comienzo del juego fue muy dubitativo para la selección hispana, puesto que en el centro no se encontró el debido acomodo. Víctor tardó en entrar en juego y Gordillo, que se situó en una posición intermedia entre la de marcador de Metgod y atacante, anduvo perdido durante muchos minutos. Aunque aquello de que los experimentos con gaseosa pueda resultar un tanto exagerado, a mí me parece que el del Gordillo en el centro del terreno y pegado a la banda es casi una aventura. Teóricamente te nía que dedicarse al relevo con Carnacho en las penetraciones, pero en definitiva fue el madridista el que con más sobriedad defendió la línea izquierda. En el marcaje a Koolhf y en el apoyo a los extremos.

Los holandeses dejaron a dos hombres en punta e intentaron la penetración de Schoemaker y Metgod por el centro, pero ninguno de los dos tuvo la suficiente velocidad para sorprender a los defensores españoles, quienes supieron arroparse bien aunque Maceda tuviera algunos despistes.

El conjunto holandés fió su papel a la igualada y con Krol dirigiendo desde atrás mantuvo una compacta línea destructora. El penalti y el consiguiente gol le obligó en el segundo período a intentar el empate, que estuvo a punto de conseguir pero que evitó Arconada en una difícil parada a tiro cruzado de Wijntekers. Durante veinte minutos del segundo período la selección española perdió el control del juego y se vió más acosada. Cuando los ímpetus visitantes comenzaron a calmarse se produjo una nueva reacción sobre la base de la entrega al primer toque.

España creó mayores peligros cuando intentó penetrar por las alas. Desgraciadamente, Juan José no supo.aprovechar dos ocasiones magníficas. Fue Marcos quien más buyó por delante, pero padeció como Carrasco de ese mal endémico del fútbol español en el que los pocos extremos que quedan no reciben balones en condiciones óptimas para llegar hasta el área contraria. Marcos falló una gran ocasión de gol a centro de Camacho pero llegó a la pelota en posición muy forzada y más que rematar, despejó.

España, pese a todo, creó muchas situaciones de gol pero le faltó la chispa final para encender la explosión de entusiasmo que esperaba el público. No realizó un juego de primera calidad, pero al menos luchó por la posesión de la pelota y no desmayó ante la barrera defensiva holandesa.

En un partido en el que Arconada superó la marca de Zamora, se produjeron los debús de Goikoetxea y Sarabia. La selección española comienza a contar de nuevo con jugadores del Athlétic de Bilbao. Quizá sea este el mejor síntoma del momento actual.

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