Los comunistas más relevantes que dejaron el PCE no piensan volver al partido

Una gran parte de los profesionales que fueron expulsados o simplemente optaron por marcharse voluntariamente del Partido Comunista de España (PCE) no parece dispuesta a integrarse en el partido tras la dimisión de Santiago Carrillo y la elección de Gerardo Iglesias como nuevo secretario general. Así al menos se han pronunciado ex dirigentes comunistas como José María Mohedano y Carlos Alonso Zaldívar, quienes añadieron que les constaba que ni Pilar Brabo, ni Cristina Almeida ni Eduardo Mangada iban a volver al PCE.

Mientras tanto, en la sede central del partido se espera con interés el secretariado que proponga Iglesias en los próximos días, pues de su composición podrá clarificarse si el actual secretario general va a apoyarse en los duros o en los renovadores.Para el abogado José María Mohedano, la propuesta de Carrillo de dimitir y nombrar un sucesor que le es próximo tiene por objeto "impedir que se abra en el partido una crítica histórica a la mala gestión de Santiago Carrillo"; considera a Gerardo Iglesias como un hombre que se mantendrá "relativamente independiente" del ex secretario general, "pero que carece de la profundidad ideológica y capacidad necesaria para enderezar el PCE. Eso", añadió, "lo hubiera hecho mejor Nicolás Sartorius". En cualquier caso, la situación es "irrecuperable" en opinión de Mohedano, "porque el PCE ha llegado tarde a la hora de hacer transformaciones sociales". "No tiene espacio político", concluyó.

Por su parte, Carlos Alonso Zaldívar manifestó: "Hace ocho años que conozco a Gerardo Iglesias y nunca le he oído una opinión que no se la hubiera oído antes a Carrillo. Además, Iglesias no sabe moverse políticamente por Madrid y para ello necesitará de la ayuda de Carrillo, lo que me lleva a asegurar que éste seguirá mandando en el PCE". Tras afirmar con rotundidad que no volverá a militar en las filas comunistas, Zaldívar señaló su convencimiento de que "cuando haya que ir al palacio de la Zarzuela o de la Moncloa en representación del PCE irá Santiago Carrillo en lugar de Gerardo Iglesias, con lo que se despejarán las posibles dudas sobre quién manda en el partido".

Respecto a esta última apreciación de Zaldívar, en la secretaría de Prensa del PCE se informó a este periódico que no tenían información oficial al respecto, pero que consideraban que lo lógico era que asistiera Carrillo cuando fuera requerido el portavoz parlamentario y Gerardo Iglesias si se trataba de la representación del partido.

La opinión más favorable manifestada a los medios informativos durante el día de ayer fue, precisamente, de un diputado de Alianza Popular, el asturiano Juan Luis de la Vallina, quien dijo de Gerardo Iglesias: "Tiene una cabeza muy bien organizada y muy clara. Le tengo una gran consideración pei sonal y pienso que está dotado d grandes virtudes humanas. Es el asturiano típico y un hombre, política y humanamente, con innegeble atractivo personal, al marge de las consideraciones ideológicas que nos separan, a veces abismamente".

Reacciones en Europa

Por lo que se refiere a la acogida internacional de la dimisión de Carrillo, cabe destacar el amplio eco que ha tenido en la Prensa francesa. Según informa nuestro correponsal en París, Feliciano Fidalgo, el independiente Le Monde le dedica un amplio perfil biográfico-político titulado "Un déspota moderado". El secretario de los comunitas franceses, Georges Marchais, se mostró muy afectado por el fracaso del PCE en las elecciones legislativas y se negó a comentar nada en torno a la dimisión de Carrillo.El secretario general del Partido Comunista italiano, Enrico Berlinguer, remitió ayer un telegrama de apoyo a Gerardo Iglesias donde le reiteraba la buena colaboración y amistad que mantienen ambos partidos eurocomunistas. La Prensa de los países de la órbita soviética justificó la marcha de Carrillo en base a los males del eurocomunismo. Finalmente, cabe destacar las declaraciones del secretario general del PSUC, Antoni Gutiérrez, en el sentido de que tiene pruebas de que Carrillo tenía previsto dimitir antes de las elecciones legislativas, informa Carles Pastor, y que si manifestó lo contrario fue por haber decidido mantener una postura de firmeza tras el descalabro en las urnas.