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El 40% de los españoles se adscribe a sectores ideológicos de izquierda o centro-izquierda

El 39,7 % de los españoles se adscriben ideológicamente a la izquierda o al centro-izquierda, porcentaje muy cercano a la tendencia de voto asignada al PSOE por el panel político Infórme-2 tras su segunda toma de muestras (septiembre de 1982). A su vez, Felipe González es el único líder de los partidos políticos españoles al que acepta más de la mitad del electorado (casi el 60 % del mismo), y por tanto aparece configurado más como un líder de Estado que como un dirigente exclusivamente de partido. Ambos datos destacan claramente en el análisis de la segunda fase del panel político Informe-2.Corno se decía en la primera fase del panel Informe-2, el liderazgo es uno de los elementos esenciales en relación con el voto a los partidos. El gráfico número 1 expresa con claridad la supremacía del liderazgo de Felipe González y muestra una competición por el segundo puesto entre Adolfo Suárez y Manuel Fraga. Quedan en niveles poco significativos Santiago Carrillo y Landelino Lavilla.

Más información acerca del liderazgo aparece en la tabla presentada como gráfico número 2. Si tomamos los partidos más representativos a nivel nacional, vemos que Felipe González es aceptado por el 93,1 % de los votantes del PSOE, Manuel Fraga por el 90,1 de Alianza Popular y Suárez por el 92 % de los votantes del CDS. Pero lo más significativo es la aceptación de los mismos líderes por el conjunto del electorado: Felipe González es aceptado por una amplia mayoría (58,5 % del total de los votantes), mientras que Adolfo Suárez no llega a la mitad del electorado (es aceptado por el 41,4 %) y Fraga se encuentra en niveles mucho más bajos (le acepta el 36,9% del total de los electores).

Politización creciente del electorado

Junto al 39,7% del electorado que se considera de izquierda o centro-izquierda, el 15,5 % de los españoles se declaran de centro, lo cual es una prueba más de que efectivamente existe una zona "crítica" en el centro del electorado, que se disputan principalmente CDS y UCD, y al que el panel Informe-2 asigna una tendencia de voto global entre el 18 y el 20%. El espectro ideológico de la derecha y del centro-derecha resulta bastante restringido (14,2 % de los españoles), lo cual confirma la tesis mantenida por los analistas del panel sobre las limitaciones objetivas de Alianza Popular para sobrepasar ciertos niveles de voto.

Por otra parte, desde la primera a la segunda fase del panel ha disminuido el número de los que no saben o no contestan cual es su adscripción ideológica, lo cual revela la rápida politización de este sector de personas y, por tanto, su disponibilidad para incrementar el voto a los diferentes partidos.

En la primera fase del panel (t1, agosto de 1982), las preguntas relacionadas con la autodefinición ideológica de los encuestados reflejaba un 34 % de personas que no sabían a qué partido votar ni en qué ideología se encontraban. Mes y medio después (t2 del panel, final de septiembre de 1982),. las cosas han cambiado: todavía existe un 34%, de personas que no saben a qué partido votarán -como se reflejaba en la tabla de rotación de intención del voto, publicada ayer por EL PAÍS-, pero en cambio sólo el 16 % desconoce cual es su definición ideológica, como puede comprobarse en la tabla de rotación de ideologías que se publica hoy (tabla número 3). Dicha cifra se compone de los que no saben o no contestan (7,3 %), más los que dicen no tener ideología alguna (8,7%).

Por tanto, la idea es clara: aumenta la politización del electorado indeciso, aunque todavía no se sabe con precisión cual es el partido al que se dirigirán estos votos en proceso de maduración. Pero sí conocemos la adscripción ideológica de los mismos: casi la mitad de ellos se sitúan en la izquierda y en el centro-izquierda, y el resto se reparte entre centro y el centro-derecha y derecha, con ligera ventaja para estas últimas.

¿Cómo funciona la tabla de rotación?.

Antes de continuar con el análisis de fondo de los resultados conviene estudiar la tabla número 3 que aparece en esta misma página, denominada "de rotación de ideologías". Esta resume simultáneamente en un solo cuadro los resultados de las dos tomas de muestras efectuadas hasta ahora para el presente estudio de panel, a fin de entender con rapidez cuales son los cambios operados entre ambas fases.

La tabla número 3 se lee de dos maneras: en filas horizontales y en columnas verticales. Las horizontales representan la estructura actual de la intención de voto expresada en la primera fase (agosto 82): por ejemplo, sí tomamos la última fila (personas que no saben o no contestan), vemos que en el ti suponían el 13,8 % del total. En el mes y medio siguiente, encontrarnos a ese porcentaje de personas repartidos de la siguiente forma: 2,6 se declaran apolíticos; 0,1 se consideran de extrema izquierda; 1,9 dicen ser de izquierda; 1,3, de centro izquierda; 1,4, de centro; 0,7, de centro derecha; 1,6, de derecha; 0,2, de extrema derecha; 1,9 dice no tener ideología alguna; y 2 % continúa sin saber y sin contestar a la pregunta. Exceptuados estos últimos -que técnicamente se denominan núcleo fiel-, los demás han elegido, efectivamente, alguna de las ideologías clásicas; lo que falta por saber es a qué partido concreto piensan votar, aunque la autodefinición ideológica orienta bastante sobre la dirección de este voto.

La segunda posibilidad de lectura de la tabla número 3 es en columnas verticales, que nos dan la nueva composición de cada una de las opciones presentes en la tabla. Volviendo a tomar el mismo ejernplo antes citado, el de los que no saben ni contestan, vemos que en la segunda fase del panel son el 7,3 % del total. Por tanto, el primer dato es que, en términos absolutos, han disminuido los que no saben ni contestan respecto al mes de agosto (ahora son 5,5 % menos que al principio). Para saber de donde proceden los que ahora están en esa situación de indecisión hay que consultar la columna vertical correspondiente: en la actualidad no saben ni contestan cual es su opción ideológica el 1,3 % de los apolíticos, el 0,2 % de la extrema izquierda, el 0,9 de la izquierda, el 0,5 del centro izquierda, el 0,5 del centro, el 0,6 del centro derecha, el 0,1 de la derecha, ninguno de la extrema derecha, el 1,2 de los que dicen no tener ideología y el 2 % de los que tampoco sabían ni contestaban en agosto pasado.

Continúa en la página 15

Viene de la página 14

Una vez explicado el funcionamiento de la tabla de rotación, nos interesa centrarnos en sus resultados. Junto con la creciente politización del electorado, manifestada en la disminución de los apolíticos y de los que no saben/no contestan, se observan crecimientos y disminuciones de la derecha, el centro y la izquierda entre agosto y septiembre de 1982. El resultado total (o neto) de estos cambios está resumido en la tabla número 2, llamada "de movilidad ideológica neta" .

Lo esencial del estudio de ideologías es lo ocurrido en el seno de los bloques más importantes, que son los siguientes:

a. La suma de los que no saben/ no contestan, y de los que no tienen ninguna ideología: esto supone 16 % en la segunda fase (septiembre 82), frente al 23,1 que representaba en la fase anterior. La diferencia entre ambas (7,1 %) muestra cual es la parte politizada de este sector del electorado.

b. Los apolíticos disminuyen en un 2,9 % entre ambas fases.

c. La izquierda y el centro izquierda aumentan en un 4,4 %.

d. El centro derecha, más la derecha, se incrementa en un 3,7 %.

Para ver los efectos políticos de estos movimientos podemos fijarnos en un ejemplo significativo, el 7,1 ya politizado de los que no saben/no contestan. Esta cifra representa 1.560.000 electores reales. El 45 % de ellos está colocado en la izquierda y centro-izquierda del espectro ideológico, el 19 % se ha situado en el centro, y el 32 % se ha inclinado por el centro-derecha y derecha.

Este tipo de seguimiento, que permiten las dos tablas, es vital para evaluar las magnitudes finales del voto.

La mayor parte de los que se consideran ideológicamente de izquierda o centro-izquierda aumentará el voto final del PSOE; mientras que los que se declaran de centro-derecha y derecha incrementarán, posiblemente, el voto de AP. En cuanto a los que se consideran de centro, es previsible su voto final a UCD o CDS, partidos de quienes ayer decíamos que se disputan precisamente la zona centro del espectro político.

Disminuye la abstención

Del mismo modo, este fenómeno de creciente politización es importante para determinar la tasa de participación y abstención en 1982, ya que esta última se nutre de dos fuentes: los que se mantienen férreamente en la actitud de no sabe, no contesta y la abstención técnica. Pasando por alto muchos detalles técnicos, poco apropiados para una publicación de este tipo, los datos relativos a politización nos acercan a una tasa de abstención con un techo máximo del 22 al 25 %, contra el 31 % que se produjo en las elecciones legislativas de marzo de 1979.

Como conclusión, observamos que la politización del electorado o movimiento ideológico sigue las pautas de la rotación del voto ayer analizado, lo que confirma la hipótesis de que nos encaminamos a un sistema de partidos que tiene la siguiente distribución:

-Un partido predominante, el PSOE, con el 37 al 40 % del voto;

-Un centro, situado entre el 18 y el 20 %, disputado por dos opciones políticas (CDS, UCD);

-Un partido de talla media, Alianza Popular, entre el 17 y el 20%;

-Un grupo de partidos diversos, nacionalistas, regionalistas y sin presencia en todos los distritos electorales, que completa el resto.

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