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Miguel Ríos,

cantante de rock, convocó ayer en Madrid una conferencia de Prensa para explicar los sucesos que condujeron a su detención en Oviedo y cómo el delegado de Industria de aquella ciudad le amenazó personalmente con detenerle, "corno si los tiempos se lo permitieran". Según Miguel Rios, "si la jurisdicción laboral no fuera tan lenta y si se tuvieran en cuenta las condíciones en que se realizan, el 80% de los conciertos de rock no tendrían lugar". "Lo que ocurre", dijo el rockero, "es que puedes esperar meses para que te paguen un contrato incumplido, y la mayoría de los grupos no pueden soportar económicamente esa espera. Así que tocan aunque el escenario amenace derrumbamiento". El cantante ha congregado más de millón y medio de personas en sus numerosos conciertos, y eso supone que se está saliendo del gueto en que estaba encerrado el rock. Hoy podemos decir que los jóvenes, a través de la música, tienen una identidad propia, y eso no puede dejar de molestar a los caciques de siempre".

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