La continuidad de Cañellas amenaza con abrir una nueva crisis en el centrismo catalán
La continuidad de Antón Cañellas al frente de Centristes de Catalunya-UCD amenaza con abrir una nueva crisis en el partido, cuyo primer síntoma fue la dimisión, ayer, del secretario provincial de Tarragona, y presidente en funciones (su anterior titular se ha pasado al Centro Democrático y Social), Lluís Badía. Esta dimisión, confirmada a EL PAIS por el propio interesado, Podría ir acompañada por el abandono del partido del diputado autonómico Ramón Franch, también de Tarragona.
En la noche del miércoles, el Comité Ejecutivo de CC-UCD decidió por amplia mayoría rechazar la propuesta del sector crítico (azules, democristianos y liberales) para sustituir ese comité por una gestora, nombrar a Vicente Capdevila secretario general con amplísimos poderes y mantener a Cañellas como presidente puramente nominal. Antes de la votación, Cañellas advirtió que un resultado contrario lo interpretaría como una moción de censura y le obligaría a dimitir.La crisis actual ha reproducido los enfrentamientos del congreso de Lérida (Lleida) de CC-UCD, celebrado en enero. Cañellas salió reelegido presidente con el apoyo de sus incondicionales y de los suaristas.
Capdevila y sus seguidores opinan que la situación catastrófica de CC-UCD requiere medidas excepcionales: "No basta con una aspirina, sino una verdadera intervención quirúrgica; no basta con aplicar los estatutos y sustituir las bajas allí donde se produzcan: hacen falta medidas eficaces y enérgicas para salvar lo que se pueda del partido, y Cañellas no garantiza este tipo de actuación, afirman medios cercanos a Capdevila.
Derrotada la opción Capdevila, el presidente de CC-UCD propuso a Antonio Valero para la secretaría general interina, que fue elegido con sólo dos votos en contra. Valero está considerado como hombre del Opus Dei, al que pertenecen el presidente y la secretaria provincial de Barcelona, Lluis Alegre y Rosa María Muñoz respectivamente.
El rechazo de la fórmula Capdevila -apoyada por dirigentes de Tarragona, Lérida (LLeida) y Gerona (Girona), y por la mayor parte de los diputados autonómicos- se produjo después de una maratoniana reunión de dos días, definida como "educada, pero tensa" por uno de los asistentes. El miércoles, Cañellas voló a Madrid, donde se entrevistó con Cavero y con Ortega y Díaz Ambrona, pero no pudo conversar con Lavilla, con quien ya trató inútilmente de hablar telefónicamente el martes.
El ejecutivo centrista acordó proponer a Carlos Sentís como sustituto de Juan Rovira Tarazona al frente de la delegación del Gobierno en Cataluña.
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