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Los madrileños tuvieron el golf a su alcance

Dos lugares tan madrileños, tradicionales e incluso castizos como son el estanque -desecado para su limpieza y reparación- y la Chopera del Retiro, sirvieron ayer de escenario, por primera vez en la historia, para que el golf tomara contacto directo con el público de Madrid. Severiano Ballesteros fue la máxima atracción. Sin embargo, no ganó la prueba de habilidad ni la de potencia. Germán Garrido y Valentín Barrios, empatados, se adjudicaron la de habilidad, y Manuel Cabrera, tras desempate con Germán Garrido, se impuso en la de potencia La ministra de Cultura, Soledad Becerril, estuvo presente.

Un buen número de aficionados y curiosos se dio cita, aprovechando la espléndida tarde que hizo, en los alrededores del estanque del parque. Se montó un pequeño estrado donde los jugadores ponían la bola. La prueba de habilidad consistió en dar a una placa metálica de ocho por cuatro metros y con un 60% de inclinación, que estaba situada a 160 metros. La prueba de potencia se tradujo en ver quién llegaba más lejos con la bola. Después de un empate a 260 metros, Cabrera, con 250, venció en el desempate a Germán Garrido, que hizo 220.En un torneo de golf, lo normal es que un profesional, en el primer drive -el primer golpe que se da al iniciar un hoyo-, esté sobre los 250 metros, y sobre los 200, en los aficionados. No obstante, son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta en este golpe. Por ejemplo, ayer el estanque estaba embarrado y la bola quedaba clavada. En los links -campo en el que se practica este deporte-, si la bola toma contacto con el suelo y el terreno es duro sigue rodando. También influye el clima. Con frío, las manos de los jugadores están menos sensibles y, por otro lado, puestos a matizar, si el viento es caliente la bola vuela mejor. La única ventaja que tuvieron ayer los jugadores en la prueba de potencia es que no tenían problema de colocación para el segundo golpe.

La ministra de Cultura, Soledad Becerril, manifestó a EL PAIS que esperaba que este tipo de acontecimientos sirviera para que los ayuntamientos se animaran a hacer campos de golf de su propiedad. Soledad Becerril charló amigablemente con Severiano Ballesteros sobre este tema. El jugador insistió en la necesidad de que eso se lleve a cabo y acusó, con buen sentido del humor, a la ministra de que ahora se dedicaba al tenis por que era más popular.

Cuando EL PAIS requirió la opinión de Ballesteros acerca de lo que podía suponer este acto para la popularización del golf, el jugador dijo: "Será positivo, sin duda alguna. Además veo mucha gente. Esto es bueno, pero, un momento, que voy a ver si gano algo, que a mí lo que me gusta es ganar".

Soledad Becerril dijo que había acudido para "disputar un partido con el alcalde, pero como no ha venido..." Tierno Galván no acudió porque tuvo que estar en el Congreso de los Diputados. Una vez que terminó la prueba de los profesionales, se anunció que todo el que quisiera hacer pruebas con un palo se acercara a La Chopera.

Los profesionales y varios monitores se dedicaron a enseñar a coger los palos a todo el que se acercaba. Casi todos eran niños entre los diez y quince años y algún que otro adolescente que no llegaba a los veinte.

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