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Gente

«No me importa que me den o no una propina

No he pensado en ello. La mayor satisfacción es la de haber conocido a estas personas y la de haber entablado amistad con ellas». José Antonio Provencio, taxista madrileño que la semana pasada devolvió a un industrial mexicano más de un millón de pesetas que se había dejado olvidado en el taxi, dice que se encuentra desquiciado por la publicidad que se le ha dado a este asunto. «Yo llevo una vida corriente, no estoy acostumbrado a salir en público, así que ahora fumo más del doble de lo que solía. A veces me emociono cuando llegan mis hijos de la escuela y me dicen que el maestro ha leído en clase los recortes sobre este hecho. Mis hijos vienen contentos de la escuela y esto me enternece».

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