Defraudó el partido de Toulouse

El encuentro resultó mucho menos interesante de lo que se esperaba. Tanto Francia como España jugaron acomplejados por el contrario que tuvieron enfrente. El equipo español se mostró como un buen .bloque, con una defensa contundente, un centro del campo muy permeable y una delantera a la que le faltó ese hombre resolutivo en la cara del gol. Dani, que comenzó bien, se apagó poco a poco. Las contadas ocasiones de gol correspondieron a los centrocampistas españoles, como Alonso y Diego y también a Esteban, que destacó sobre el resto del equipo, pese al corto período de tiempo que permaneció en el terreno de juego.Francia resultó un equipo todo tesón, animado por un público chillón. No fue el enemigo peligroso que la Prensa gala se encargó de comentar. El equipo galo dominó en el centro del campo durante los primeros compases del partido. Montero no consiguió convertirse en el director del equipo español, debido a sus abundantes errores.

España, por su parte, no actuó como un equipo conjuntado. Existió en sus filas demasiado individualismo, sobre todo en sus delanteros, como sucedió con Dani y Esteban, que creó la mejor oportunidad de marcar, a los setenta minutos de juego, pero ni el extremo bilbaíno ni Saura pudieron aprovechar la ocasión.

Ganaron los sub-21

Una gran jugada del lateral barcelonista Manolo, que culminó el rojiblanco madrileño Julio Prieto, supuso el único tanto del partido que disputaron los sub-21 a sus homónimos franceses, antes de que jugaran los equipos B de ambos países. El tanto se marcó en el minuto cuarenta.

España alineó el siguiente equipo: Agustín; Diego, García Navajas, García Jiménez, Manolo; Roberto, Lumbreras, Julio Prieto (Marián, m. 89); Ito, Modesto (Julio, m. 79) y Urbano (Parra, m. 60). El equipo español comenzó con fuerza, y dispuso de tres claras ocasiones en el primer cuarto de hora. Una clara zancadilla a Modesto en el área francesa no fue sancionada por el árbitro, el suizo Macheret, que estuvo mal. El gol vino a premiar el mejor juego del equipo español, que durante la segunda parte adoptó una estrategia prudente, y controló las acometidas francesas. Modesto y García Jiménez destacaron, dentro del buen tono general.