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Un Madrid sin juego, perdió en Las Palmas

Un Madrid sin juego, sin ambición, sin coraje y sin suerte, perdió anoche su cuarto encuentro del campeonato. Las Palmas no hizo gran cosa, pero puso más interés y ganó merecidamente. Boskov, desde el banquillo, puso su contribución a la derrota, con unos cambios desacertados. Juanito estrelló dos tiros en la madera, que no pueden servir para justificar el mal juego del Madrid y, en particular, el del polémico extremo.Las Palmas jugó desde el primer minuto con mucha cautela. Dejó de forma casi permanente una defensa de cinco hombres y salió con sólo dos puntas, Felo y Juani. El teórico delantero centro, Benito, se retrasó para sacar de la defensa madridista a Sabido y enlazar en la media con Jorge y Noly. El Madrid tampoco quiso arriesgar mucho. Como siempre,

Junito se echó atrás, y Del Bosque jugó muy poco por delante de la defensa, como un líbero adelantado. Con este planteamiento, el partido fue uno de tantos en Ios que los dos equipos parecen empeñados en hacer una exhibición inútil y absurda de centrocampismo. El juego de Juanito y Del Bosque fue particularmente inocuo. Ambos jugadores se empeñaron en pisar, tocar y sobarel balón una y otra vez. Juanito pretendió de cuando en cuando meter un balón en profundidad, y siempre lo hizo mal.

Arriba, Cunningham jugó con ganas y con acierto, y Santillana trató de ayudarle sin mucha fortuna, pero se echó en falta más gente para que el equipo creara peligro. Stielike subió con bastante fuerza por la banda izquierda, pero Angel, que atraviesa un período de baja forma, ayudó poco, y de Juanito y Del Bosque ya queda dicho que su fútbol fue de lo menos ofensiva y profundo que pueda esperarse. Sin embargo, fue precisamente Juanito, en el minuto veintinueve, quien, tras buena jugada de Cunningham, recibió el balón en el borde del área y lanzó un fenomenal disparo que devolvió el larguero. El Madrid perdió ahí la gran ocasión de ponerse por delante en el marcador y justificar de alguna forma ese aire de suficiencia que se veía en su juego.

Fue tres minutos más tarde de esta jugada cuando Félix metió un excelente pase cruzado hacia el área del Madrid, y Juani empalmó en el aire para marcar un soberbio golazo. Al Madrid pareció preocuparle algo la cosa, pero no mucho, y llegó el descanso sin haber creado ninguna situación más de gol. Las buenas jugadas de Cunningham se perdieron en la poblada defensa de Las Palmas, y Pérez pudo contemplar el partido con tranquilidad.

Tras el descanso, Boskov dejó en la caseta a Angel, un hombre en baja forma, pero siempre luchador, y puso en su lugar a García Hernández, a la espera de que éste cazara algún buen zurdazo. Juanito o Del Bosque, tan desafortunados como Angel, pero mucho menos luchadores, habrían merecido más el descanso. Juanito volvió a estrellarse con la suerte en el minuto 49, cuando de nuevo se acercó al área para agarrar otro fenomenal disparo, que también fue contra la madera. Cualquiera de estos dos tiros, de convertirse en gol, hubiera, quizá, justificado su mal partido, pero no tuvo ni esa suerte.

Toda la segunda mitad se consumió en un magnífico batallar de Stielike y un bajo tono general del resto del equipo. Cunningham se fue apagando; Santillana quedó completamente solo arriba; García Hernández no vio resquicio para meter su zurda, y sus pocos buenos lanzamientos pillaron siempre al hombre adelantado en fuera de juego, y Juanito y Del Bosque siguieron igual. En Las Palmas, por contra, Noly se fue creciendo y levantó al equipo. El debutante Mayé, por .la banda izquierda, tapó bien su zona y subió con acierto varias veces, y Juan¡ inquietó bastante arriba. El enorme esfuerzo de Stielike era lo único serio que podía ofrecer el Madrid para equilibrar el partido. Demasiado poco.

En el minuto 65, de resultas del cambio de Felo por Julio en Las Palmas, Boskov hizo salir a Benito en sustitución de Gallego. La medida sólo sirvió para desajustar la defensa, y dejó al Madrid sin uno de los pocos hombres que mantuvieron un tono discreto. Sabido pasó a lateral derecho; Isidro, al izquierdo; Camacho, a central, y Benito quedó como libero, y con todo ello, la defensa del Madrid mostró, a partir de ese momento, una gran inseguridad. Las Palmas tuvo varias ocasiones de remachar el partido, que se les escaparon por muy poco. En la otra puerta, Pérez sólo tuvo que intervenir una vez, en el minuto 74, para desviar un cabezazo de Santillana.

En nueve jornadas, el Madrid ya ha perdido ocho puntos. En las 34 de la Liga anterior sólo dejó escapar quince. Evidentemente, el equipo se le está empezando a escapar de las manos a Boskov.

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