Las huelgas polacas se convierten en reivindicaciones políticas
Los conflictos laborales en Polonia alcanzaron ayer un punto culminante con la huelga, de unos 50.000 obreros, en los astilleros de Gdansk, en el Báltico, que, aparte de reivindicaciones salariales, desean obtener reformas políticas, entre ellas la creacion de sindicatos libres.
El buró político del Partido Obrero Polaco Unificado (POUP, comunista) tuvo ayer una reunión de urgencia para analizar la situación en el país calificada como de «muy grave». La sesión estuvo presidida por el primer secretario, Edvard Gierek, que suspendió sus vacaciones en la URSS ante los acontecimientos, que recuerdan a las huelgas de diciembre de 1970 -precisamente en las mismas canteras de Gdansk-, que costaron el puesto al entonces primer secretario VIadislav Gomulka.Después de esta reunión, el primer ministro, Edvard Babiuch, se dirigió a los huelguistas, a través de la televisión, para solicitarles que se reintegren a sus puestos de trabajo, pero no accedió a la mayoría de sus pretensiones de rebajar los precios de producto como la carne y anunció veladamente la posibilidad de una intervención. «Nuestros afiados están pendientes de nuestras dificultades», dijo, «pero confío en que sepamos superarlas nosotros sólos».
Ensu alocución televisiva, Babiuch informó que el próximo pleno del Comité Central del POUP establecerá medidas para salir de la crisis económica y social.
A los huelguistas de los astilleros se unieron los conductore de aultobuses y tranvías y se han detectado paros en algunas factorías de la capital y de Lodz.
Simultáneamente a la explosión social del Báltico, unos 5.000 manifestantes homenajearon ayer, en Varsovia, la memoria de los soldados polacos muertos en la guerra contra la Unión Soviética en 1920, que terminó con la victoria de Polonia.
Los manifestantes fueron arengados por un disidente, con quien corearon los gritos de «¡Independencia y libertad! ». El propio cardenal primado, Stephan Wyszynski, aludió, ante 150.000 peregrinos en Jasna Gora, al «espíritu de libertad y derecho a la autodeterminación polaca» y felicitó a los obreros por su comportamiento en los últimos meses.
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