La luna de miel del matrimonio Borg comienza con incidentes en Marbella
Bjorn Borg y Mariana Simionescu llegaron al aeropuerto de Málaga, en vuelo privado, sobre el mediodía del domingo y se traslada ron inmediatamente a Puente Romano. A partir de entonces comenzaron los problemas. El matr monio decidió bañarse en las instalaciones del complejo y el ser vicio de seguridad del mismo impidió drásticamente la entrada a cualquier fotógrafo español. Al parecer, Regine había vendido la exclusiva a la agencia francesa Gamma, por la cantidad de ocho millones de pesetas, y solamente los representantes de ésta disfruta ron de toda clase de privilegios.
Regine, por los suelos
La discriminación de que fueron objeto los profesionales españoles se repitió a la hora de la cena.Mientras a los franceses se les puso una mesa en un lugar ideal -comentó a EL PAIS un testigo directo- y se le dio todo tipo de facilidades para desarrollar su labor, «a los españoles y a los profesionales de otros países europeos presentes, se nos marginó y fuimos totalmente ignorados».
Los incidentes se agravaron a la hora de la fiesta en honor de Borg y esposa en la boite Regine's. En ese momento, se impidió la entrada a la misma a todos los reporteros españoles, incluidos los equipos de Televisión Española en Málaga, y extranjeros, salvo a los franceses de Gamma. En total, unas cincuenta personas. Los ánimos se exaltaron y de las palabras se pasó a los hechos. La propia Regine, a la media hora aproximadamente de cerrarse la puerta, salió con la intención de calmar los ánimos, pero el efecto fue el contrario y Regine rodó por los suelos, empujada por uno de los reporteros presentes. El servicio de seguridad de Puente Romano intervino avisando desde la propia discoteca. A partir de ese momento, la mayoría de los presentes optó por irse y, sob. re las tres de la madrugada, uno de los porteros de Regine's salió para comunicar a los profesionales, españoles que podían pasar, salvo el implicado en el empujón y posterior resbalón. de lá señora Regine.
A pesar de que habían sido invitados numerosos famosos, entre ellos Carolina de Mónaco, Severiano Ballesteros, Cristina Onassis y el Secretario de Estado para el Turismo, Ignacio Aguirre, a la cena de Puente Romano, con el cubierto a 8.000 pesetas, no acudió ninguno de ellos, sino los habituales de Marbella, como José Luis de Vilallonga, Alfonso de ñohenlohe, Pitita Ridruejo, el bailarín Antonio, la princesa Gunila Bismarck y la baronesa Rostchild, entre otros.
Borg y Mariana tampoco acudieron al coso marbellí, al parecer porque El Cordobés no toreaba, como consecuencia de lá cogida que sufrió el pasado viernes en Santander con fractura de costilla. Le sustituyó Paco Ojeda, que se convirtió en el triunfador de uná tarde mediocre. Curro Romero no destapó su famoso tarro de las esencias y se despidió con bronca general. Manolo Cortés no contó con enemigos apropiados para lucirse y tuvo que conformarse con un tibio aplauso.
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