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Los nervios condicionaron el Hércules-Madrid

La necesidad que tenían el Hércules y el Real Madrid de puntuar, el uno para escapar de los lugares de descenso y el otro para mantener sus aspiraciones de conseguir el título, hizo demasiada mella en los jugadores de uno y otro equipo, que llenos de temores sólo acertaron a jugar, y mal, en el centro del campo. Poca coordinación, pésimo ritmo de juego y casi nula peligrosidad a la hora de atacar. Por aquello de que el gol es el protagonista del fútbol, se puede decir que no hubo fútbol en Alicante el domingo por la tarde pese a que la temperatura y el lleno en las gradas invitaba a ello. Mal encuentro de ambos conjuntos, que en esta ocasión refleja fielmente el marcador. La escasez de fútbol acompañada de nervios llevaron a una serie de incidentes con tinte antideportivo que no proceden en unos profesionales. Salió con fuerza el Madrid en busca de solucionar el partido lo antes posible. Pese a la provocación del penalti y el gol anulado de Stielike, no se puede decir que jugara con brillantez. Su dominio era tan sólo, territorial y sin verdadero peligro, si bien es verdad que Amador tuvo que lucirse en varias ocasiones, penalti incluido. Fue el meta del Hércules el único que se salvó del naufragio general. Hay que apuntar ef hecho de que, lógicamente, García Remón no fue culpable del mal juego de su equipo e intervino felizmente en lo poco que le hizo trabajar el ataque alicantino. Koldo Aguirre dispuso un buen planteamiento de contención y el Hércules aguantó la inicial avalancha blanca para poco a poco salir de su parcela, casi de su área, pero ese despliegue cárecía de coordinación y base, primero, y de peligrosidad, después. Muy pocas veces se vio que el Hércules pudiera tener alguna posibilidad de hacer gol, hasta el punto de que Pirri en muchas ocasiones, y pese a ser teóricamente libero, se permitió jugar adelantado, quizá en intento de apoyar un poco al alicaído centro del campo madridista o de hacer llegar algún balón en buenas condiciones a sus despistados delanteros.

El partido fue tan malo que no dejó satisfecho a nadie. Noventa minutos como los que se vieron en Alicante no pueden satisfacer ni al menos exigente. El Hércules no podía hacer mucho más y el Madrid tuvo una floja actuación. Parece lógico exigir más al actual campeón y pedir al conjunto alicantino que luche por romper la tradición que no deja en la historia un solo triunfo sobre el Madrid. Por otro lado, es hora de apuntar que el club blanco debe plantearse -también en este aspecto se le exige mucho- el comportamiento que últimamente tienen sus jugadores, pues no hay que olvidar que en estos momentos tiene tres jugadores -Juanito, García Hernández y Camacho- fuera de combate. Parece demasiado y la trayectoria del club, como el comportamiento de su directiva, no concuerdan con estas acciones de los jugadores.

Se podría decir que el domingo se confundió que unos centrocam pistas deben servir para que el equipo llegue con garantías a la portería del rival y no para jugar en el centro del campo, con impreci siones, malas entregas y desorden. Así, difícilmente podrán rendir los delanteros, que, justo es decirlo, tampoco supieron nunca jugar sin balón. Ahora, y después de este en cuentro, el Real Madrid ha acen tuado su calidad de aspirante, en vez de candidato, al título.

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