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El domingo en el Camp Nou, alta tensión

El partido del año será el Barcelona-Real Madrid del próximo domingo. Por si al encuentro le faltara algún aditamento, el presidente del Barça, José Luis Núñez, echó leña al fuego el domingo, en Sevilla, al interpretar que el intento de agresión que sufrió fue debido a que en aquella ciudad hay más partidarios del Madrid que de su equipo. El domingo en el Camp Nou habrá más tensión de la habitual. El árbitro que se atreva a dirigir el encuentro tendrá que superar el mayor compromiso de su vida.

José Luis Núñez, presidente del Barcelona, fue protagonista destacado, muy a su pesar -se supone-, del encuentro que su equipo jugó en Heliópólis frente al Betis. Unos enfurecidos espectadores pretendieron agredirle y le salvó la campana. Para Núñez, el acto de gamberrismo sólo es atribuible al hecho de que en Sevilla hay más partidarios del Madrid que del Barça. El presidente barcelonista siempre que tiene razón en algún tenia acabit por perderla. Las palabras le pierden.N úñez hizo unas manifestaciones fuertes respecto al tema arbitral en una reunión de presidentes de Primera. Pero en la acusación contra el Madrid -lo dije en su día y lo repito- el bochorno del presijente niadridista De Carlos no es sólo iniputable a Núñez. La mayoría de los presidentes apoyó expresa o tácitamente al del Barcelona. No está demasiado claro además que Núñez tenga que rectificar públicamente algo que dijo en privado y que a la prensa no llegó, al menos en el caso de EL PAIS, gracias a su versión de los hechos.

Aquel enojoso asunto, con todo, se ha converildo en una pura anécdota por encima de la cual puede pasar tranquilamente e¡ Madrid. El problema es mucho más grave porque el señor Núñez no ha hecho nada por arreglar el problema arbitral por las buenas. Quiere hacerlo todo por las bravas, Y a estas alturas ya nadie cree en la posibilidad de que exista un árbitro con el valor suficiente para pitarle al Barcelona un penalti en contra. Y menos el próximo domingo, cuando tendrá por adversario al propio Madrid.

José Luis Núñez lo ha dejado imposible. Para el partido del domingo sería prudente que ambos clubes se pusieran de acuerdo sobre el colegiado. Hay que darle al Barcelona la oportunidad de tener para tan trascendental encuentro a un hombre que le merezca confianza. Sobre todo porque la mayor garantía para el Madrid sería un juez sobre el que previamente no hubiese suspicacias.

El partido del domingo en el Camp Nou llega en un mal momento. Los nervios están a flor de piel. Núñez ha aventado oportunamente las cenizas para que las brasas estén al descubierto. A la tradicional rivalidad de ambas sociedades se une la animadversión creada demagógicamente por el actual presidente del Barcelona. El Madrid tiene en su pasado un notable historial de favores recibidos, pero su actual presidente es un caballero contra el que cualquier factura que se quiera pasar resúllta una injusticia. Además, la vida no puede construirse sobre pasadas querellas. El ministro del Deporte, Ricardo de la Cierva, parecía que iba a convertirse en el bálsamo del tema al haber asistido en los últimos ocho días a los partidos del Camp Nou y Chamartín. Pero sucede que el ministro se ha declarado partidario del Murcia -off the record es del Madrid- y con ello no ha resuelto nada. La misión de De la Cierva sería ser forofo de la Cultural y Deportiva Leonesa. Así además podríamos pedir, con toda razón, que se editaran fascículos con los mejores goles de la historia. La historia del próximo domingo debería ser ejemplar. La afición barcelonesa tiene un historial demasiado brillante para que pueda ser manchado por los morenos de la familia de los incontrolados.

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