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La ofensiva barcelonista tiene como objetivo modificar las estructuras arbitrales

El cisma arbitral, sobre todo a nivel directivo y en Primera División según demuestran los hechos, es ya una plena realidad. La constitución de la Asociación Nacional de Arbitros de Fútbol Españoles (ANAFE) se convirtió en el tema más explosivo. Los árbitros están divididos en asociados e hijos de Plaza, como declaró el vicepresidente del Barcelona, Nicolás Casaus. El malestar originado en el arbitraje es mantenido, por otra parte, por directivos de clubes, con el fin de modificar la situación que ha venido rigiendo hasta ahora, por considerar que favorece a un determinado club. Por tanto, las declaraciones del vicepresidente azulgrana no hay que reducirlas exclusivamente a la actuación de un determinado árbitro en un partido concreto.

Los hechos demuestran que existe una campaña montada con la finalidad de modificar las estructuras de influencia del cuadro directivo de los árbitros, y que se concretan principalmente en una persona y un club: José Plaza, presidente del Comité Nacional de Arbitros, y el Real Madrid. Las experiencias ofensivas y de contraataque realizadas primero por el Atlético de Madrid, con una famosa conferencia de prensa de su presidente, Vicente Calderón, y después, en dos ocasiones, por parte del Barcelona, primero con Montal corno presidente, que pidió la cabeza de Plaza cuando el ex árbitro Melero expulsó a Cruyff, y ahora, con más intensidad y agresividad, con José Luis Núñez como presidente azulgrana, montadas directa y unilateralmente, no produjeron los frutos apetecidos. El arbitraje, en aquellos momentos, estaba unido.Ahora han sido los propios árbitros quienes se han dividido. La circunstancia está siendo aprovechada ahora por algunos clubes, con el fin de obligar a que el estamento arbitral instaurado hasta ahora en el poder se modifique en sus áreas de influencia, dé poder y de decisión. Con esta modificación se pretende cortar la racha de favoritismo que el presidente del Barcelona, en una reunión de sus compañeros de categoría, achacó al Real Madrid, y que obligó a Luis de Carlos a abandonar la reunión y exigir una posterior rectificación.

Días después de esta reunión, más de doscientos árbitros decidieron constituir su asociación. En su camino no buscan el apoyo de Ios clubes, pero algunos de ellos parece que no quieren desaprovechar la oportunidad y, de alguna forma, se «montan en el carro». En la revista Don Balón, que se edita en Barcelona, se llegó a comentar que la ANAFE podría ser una maniobra de José Luis Núñez, Salvador Santos Campano y José Luis Carceller, entonces ya oficioso y confirmado secretario general del Atlético de Madrid.

Las declaraciones del presidente deI Barcelona, con graves acusaciones de favoritismo arbitral hacia el Madrid, continúan sin ser tratados a nivel disciplinario. Los heclios y la disparidad de criterios constituyen, en la práctica, un distanciamiento entre la Federación Española y el Real Madrid. La Federación Española difícilmente puede mantener su neutralidad e independencia.

Los árbitros decidieron constituir su asociación. La Federación Española se limitó a decir que no la reconocería mientras el organismo federativo tenga dentro de su organigrama al Comité Nacional de Arbitros. El Comité Nacional de Arbitros depende de la Federación Española a todos los niveles, por lo que correspondería a ésta pronunciarse públicamente. Pero nunca lo ha hecho por escrito: se ha limitado a declaraciones personales de directivos o funcionarios federativos. El Comité Nacional de Arbitros, a través de un directivo, redactó la nota oficial por la que se desautorizó la Asociación de Arbitros, y que la Federación no apoyó con su firma, aunque realizó unas escuetas correcciones antes de que se diese a conocer de forma pública. Esta actitud contrasta con la postura que la Federación Española impuso al tratar el tema de otro Comité Nacional de ella dependiente, el de Entrenadores, cuando éstos decidieron también asociarse. Y el contraste es mucho mayor aún si se compara con la Asociación de Futbolistas.

La Asociación de Arbitros, a través de su junta directiva provisional, pretendió entrevistarse con los presidentes de la Federación Española y el Comité Nacional de Arbitros, para lo que les envió una carta a cada uno de ellos. Estas cartas no tuvieron contestación. El pasado 4 de enero, José Luis Carceller, que ya tomó posesión del cargo de secretario general del Atlético de Madrid, solicitó «audiencia» al presidente de la Federación Española para presentarle «las cartas credenciales» de su nuevo cargo. A Carceller alguien le recordó su nueva posición dentro del fútbol cuando pretendió mediar y apoyar la entrevista con miembros de la directiva de la Asociación de Arbitros. Pero lo cierto es que uno de los principales promotores de la Asociación, el árbitro castellano de Primera División Jacinto de Sosa, recibió días después una indicación de Carceller, en el sentido de que llamara telefónicamente a Barcelona al presidente de la Federación Española. De Sosa así lo hizo y concertó con Pablo Porta una entrevista en Madrid.

Porta quiso que en la entrevista con De Sosa estuviera presente José Plaza. El secretario general de la Federación Española fue el encargado en esta ocasión de comunicar al presidente del Comité Nacional de Arbitros la necesidad de que asistiera a la entrevista. José Plaza expuso diferentes razones para no asistir a la entrevista, pese a lo cual ésta se celebró. De Sosa Martín, a su salida de la Federación, se encontró con varios periodistas, a los que aseguró que Porta le comentó que no tenía nada en contra de la Asociación. El presidente de la Federación Española, al día siquiente, manifestó que estaba dispuesto a recibir a la directiva provisional de la ANAFE, siempre que estuviese presente José Plaza. El presidente del Cornité Nacional de Arbitros. según parece, no tiene intención alguna de asistir a esta reunión, a no ser que los De Sosa y compañía asistan como meros colegiados.

Estos hechos demuestran que los criterios de Pablo Porta y José Plaza no coinciden y sus actuaciones varían sensiblemente, según el camino que cada una de ellas sigue. Agustín Montal, como presidente del Barcelona, llegó a pedir la dimisión de Plaza, pero éste siguió en su cargo porque fue ratificado y apoyado por la Federación Española o su presidente, que para ese puesto le nombró después de que en él depositara su confianza. Se asegura ahora que la actual directiva del Barcelona estaría dispuesta a pedir la «cabeza» de Plaza. De todos modos, Plaza actualmente no es un hombre nombrado por Pablo Porta, y sí elegido por lo árbitros. Además hay que recor dar la situación creada con las declaraciones de Núñez, que siguen sin castigo.

El presidente del Comité Nacional de Arbitros tiene constancia de un escrito que han elaborado algunos colegios regionales de árbitros por el que se solicita la incompatibilidad de José Luis Orrantia como vocal de una comisión delegada del Comité Nacional por ser presidente de la Asociación. Este escrito, que supone de hecho ir en contra de la ANAFE, fue firmado, entre otros árbitros de Primera División por Borrás del Barrio y Sánchez Arminio, el colegiado que, precisamente, dirigió el encuentro Español- Barcelona, considerado como uno de los «grandes» de la Liga. Ese mismo día se afirmó que Sánchez Arminio arbitraría el Barcelona-Madrid del próximo 10 de febrero, si el colegiado cántabro tenía una buena actuación. Sánchez Arminio es uno de los árbitros al que, según parece, no le vienen nada mal los derechos de arbitraje, ya que vienen a suponer un 25% de sus ingresos profesionales como representante en Santander de una conocida marca de productos alimenticios.

Sánchez Arminio, por otra parte, tiene una historia relacionada con el Barcelona, aunque no con la actual junta directiva. El colegiado santanderino tiene una hija con una grave enfermedad crónica, prácticamente desde su nacimiento. En la primera temporada que ascendió a Primera División, Sánchez Arminio fue invitado por el Barcelona a dirigir partidos correspondientes al Trofeo Gamper. Aprovechó la oportunidad de su viaje a Barcelona para intentar que un prestigioso especialista médico de la Ciudad Condal pudiese examinar a su hija. Un directivo de Montal tuvo noticia de la pretensión de Sánchez Arminio y se puso a disposición del árbitro. En el Comité Nacional de Arbitros y los compañeros del colegiado santanderino tienen constancia de la rotunda negativa de Sánchez Arminio al Barcelona. «Mientras tenga dos manos, a mi hija no le faltará nada», fue la contestación del árbitro al directivo azulgrana.

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