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Impresionante seguridad defensiva de la Real Sociedad

La Real ha llegado a la jornada trece sin perder ningún, partido. En Gijón consiguió su cuarta victoria fuera de casa y elevó hasta el número nueve su cuenta de positivos. Su impresionante seguridad defensiva y su capacidad para explotar las poquísimas deficiencias del Spórting le proporcionaron en El Molinón una victoria importantísima. El Spórting acusó la temprana lesión de Mesa y a pesar de su enorme esfuerzo nunca pudo forzar el paso en el área donostiarra.De salida, el Spórting se apoderó de todo el campo, con esa facilidad tan suya de cubrir perfectamente todas las zonas, con despliegue inteligente y poderío físico en sus hombres. La Real tuvo que ceder y jugar sólo en las proximidades de su área. En la banda izquierda, Celayeta derriba a Ferrero en cada entrada, y las pocas veces que el argentino le elude se encuentra con Gajate a la salida del regate. En la derecha, Mesa penetra con peligro; pero en el minuto cuatro se produce unajugada decisiva, quizá tan decisiva como la expulsión de Ferrero ante el Madrid: Mesa y Kortabarría disputan un balón en la banda, y el donostiarra pisa a su rival con feo estilo. Mesa intentó seguir en el campo, pero su cojera se fue haciendo más pronunciada a cada carrera, y antes de la media hora se había tenido que marchar. Mesa es el nervio y la sangre del Spórting -sangre agarena-, el jugador con mayor sentido de profundidad del equipo y el más capacitado, junto con Ferrero, para el desborde. Un jugador esencial para abrir una defensa tan buena como la de la Real.

Le sustituyó David, un centrocampista inteligente, pero no fue lo mismo. En la banda izquierda, Celayeta se afianzó ante Ferrero -terminaría haciendo un partidazo- y en la derecha no había nadie para penetrar. Durante una fase, el Spórting intentó las penetraciones por el centro, con balones altos para Abel y Quini, y paredes largas que casi siempre devolvía el primero, un habilidoso cuyo juego contrasta con su aspecto desgarbado. Pero Gajate, Kortabarría y Olaizola no cedían un metro.

Poco a poco, Diego fue encontrando rincones para el desmarque entre el inteligente despliegue del Spórting. Casi siempre los encontró a la espalda de Uría, jugador de frecuentes despistes. Zamora o Alonso no siempre conseguían hacerle llegar el balón, pero la Real pudo exprimir lo bastante esta posibilidad como para gotear de cuando en cuando alguna jugada de peligro en el área de Castro. Los centros altos sobre ésta ponían carne de gallina en las gradas, porque la inseguridad del portero asturiano en estas jugadas es enorme.

A poco de empezar el segundo tiempo cae el gol, en penalti por empujón de Cundi a Satrústegui, que quería aprovechar la salida cobardica de Castro. El Spórting se enrabieta y todo el campo se vuelca sobre la puerta de Arconada, pero al fondo de la cuesta se agiganta la figura de Gajate, que siempre tapa cualquier fisura. Novoa sustituyó a Abel, cansado, por Aguilar, que hizo buenas cosas por su banda, pero sus centros altos eran rechazados o atrapados por Arconada con una seguridad que hacía empalidecer de envidia a los hinchas del Gijón. Ferrero trata de huir de Celayeta y busca el centro, la otra banda y hasta la media, pero nunca le deja atrás. En la izquierda, Uría empieza bien las jugadas, pero no las termina ni bien ni mal. En resumen: la Real está muy segura atrás, Quini nunca encuentra fisura para el remate, y los minutos pasan salpicados por contraataques tan espaciados como peligrosos de la Real. El partido termina con media docena de jugadas de gran peligro en el área de Castro, un penalti sobre Quini no señalado, y ningún apuro para Arconada, que limita su trabajo a los centros altos. El Spórting tuvo que resignarse ante la firmeza de la Real atrás -Arconada sólo ha encajado tres goles en siete salidas- y perdió contacto con la cabeza de la tabla. No ha tenido suerte en los dos partidos en que más la necesitó: las visitas de los otros dos aspirantes al título, pero su categoría como equipo no puede ser puesta en duda por esos puntos importantes cedidos en casa.

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