Estaban
al principio de la maratón de Camp David el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y su esposa, Rosalynn. Frescos, confiados, aguerridos practicantes deljogging, al final ambos mostraban otro fisico mucho más depauperado. El presidente tuvo que ser recogido en camilla. Diez kilómetros de paseo atlético era demasiado para la pareja.
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