_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"Rosaura a las diez"

Mañana, domingo, se emite por el primer programa Rosaura a las diez, de Marco Denevi, para la serie Escrito en América. Su duración es de setenta y cinco minutos, está rodada en 16 milímetros, en color y con sonido directo. Josefina Molina, autora de esta versión, es una de las pocas mujeres españolas directoras de cine y realizadoras de televisión con una videofilmografía de cuarenta obras, entre las que destaca El camino, adaptación en 150 minutos de la obra de Miguel Delibes para el espacio Novela, una de las mejores adaptaciones en la historia de televisión y que mereció el premio a la mejor dirección en el XV Festival Internacional de Televisión, celebrado en Praga en junio de 1978.Josefina Molina explica hoy, personalmente, sus impresiones sobre la obra y sobre el trabajo profesional de TVE. «Al escribir el guión para televisión, el primer problema que se me planteaba era la localización y ambientación en espacio y tiempo. Se trata de una novela escrita en Argentina, pero realizada para la televisión en España y por equipo español. Es obvio que era preciso encontrar un equilibrio. Decidí, pues, extraer todo lo que de universal e intemporal pudiera contener el relato de Denevi: el sistema de espejos que contiene toda relación humana, el cruce de intereses personales en la interpretación de los hechos, el que nada es verdad ni es mentira, sino del color del cristal con que se mira"; el desconocimiento de nosotros mismos y la imposición a la ligera, por la sociedad, del rol a desempeñar. Todo ello he intentado ilustrarlo con Rosaura a las diez, cuya peripecia puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier tiempo, a sabiendas de que no hay nada nuevo bajo el sol.

Rosaura a las diez es un programa de televisión producido con un coste que no excede los siete millones de pesetas, en un afán de demostrar con hechos, dentro y fuera de RTVE, que no es preciso gastar cantidades exageradas de millones para obtener productos de más de una hora de duración dignos y no exentos de calidad. En este caso la calidad recae fundamentalmente en la interpretación. Todo consiste en el planteamiento del tem a y, sobre todo, del guión con cierta responsabilidad. No somos un país rico y el despilfarro no es el camino para salir de la miseria.

La labor del equipo técnico de una película frecuentemente pasa desapercibida para el espectador medio; en ello reside, precisamente, su mejor cualidad. No obstante, me gustaría destacar la labor del equipo de RTVE que ha intervenido en el rodaje, montaje y sonorización de Rosaura a las diez. Pertenece a ese conjunto de profesionales creativos que RTVE tiene en su plantilla sin que nadie destaque sus trabajos; por el contrario, muchas veces caen en la fosa común del vituperio contra nuestra televisión sin que tengan arte ni parte en su caótica situación, en la que ellos mismos se encuentran pesarosos e impotentes. Y digo esto porque quiero creer que en este país ha llegado la hora de matizar, de valorar el talento y la seriedad, aunque esté callada, más que las incoherencias vocingleras que pasan por generalidades y sólo ocultan ignorancia.

He visto entre los intelectuales de este país mucho desprecio hacia la televisión.No sólo no comparto este desprecio, sino que jamás he considerado la televisión como un medio fácil que me permitiera la subsistencia económica a costa del contribuyente, y por ello he tenido que sufrir humillaciones, como muchos de mis compañeros que piensan como yo. Creo que la televisión es el medio de expresión artística y, por consecuencia, humana más importante de nuestro tiempo y sobre todo del futuro.

El director-realizador de televisión tiene un compromiso muy marcado con los espectadores, un compromiso social y, también, consigo mismo, un compromiso ético. Pero también tienen los espectadores un compromiso social y ético hacia la televisión que pagan. A veces me pregunto qué siente el español cuando en las revistas y diarios se habla de la corrupción existente en nuestra televisión. Su pasividad, su admitirlo como un hecho imposible de modificar me espanta. Oigo siempre hablar a los críticos de los mismos nombres. Eso sí, para vituperarlos porque lo hacen mal, pero hay otros nombres en televisión, y a muchos nos gustaría que esos críticos analizasen seriamente aquellos programas, por escondidos que estén en el horario, que intentan dar otro carácter a RTVE; analizar otras conductas que revelan la existencia de un número crecido de profesionales conscientes de que la televisión pertenece a la sociedad que la paga, y en ella ha de revertir; en su beneficio cultural y recreativo. Todo esto, al mismo tiempo, crearía en la gran masa de espectadores un nuevo prisma para contemplar la realidad, poniendo el dedo en la llaga de todos aquellos problemas que puede arreglar con sólo ser consciente de ellos. Todos sabemos que nuestro pueblo necesita urgentemente un mayor desarrollo de su gusto estético y de su interés por la vida -más que por la muerte- y por el arte. »

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_