Los socialistas vascos deciden negociar globalmente con la izquierda

«Nosotros vamos acondicionar, nuestra participación en el Consejo General Vasco a la futura composición de este organismo. Pensamos que el PNV debe asumir todas las responsabilidades, no solamente la presidencia, sino también otras, como puede ser la Consejería del Interior.» Estas son las manifestaciones realizadas por Txiki Benegas, secretario general del PSOE de Euskadi, comentando los acuerdos tomados por el comité nacional de Euskadi de dicho partido, que estuvo reunido en Vitoria desde la tarde del sábado hasta la madrugada del domingo pasado.Los condicionamientos aludidos por Benegas se refieren a una negociación que, si «es satisfactoria para el PSOE, seguiremos en el CGV afrontando las responsabilidades que nos corresponden. Ahora bien, si nuestra situación como resultado de una negociación no es satisfactoria, no tenemos ningún inconveniente en salir del Consejo, sin estar en contra de la institución, pero estando a la expectativa de ver cuál es la política que efectúan en Euskadi los partidos que integran el CGV».

Según se cree, esas condiciones consistirían en que los socialistas mantengan las Consejerías de Trabajo y Cultura que ya desempeñan y adquieren la de Sanidad, actualmente regida por el nacionalista Andoni Monzón. En cuanto a la Consejería de Interior se desea que los asuntos de administración local sean atribuidos a una nueva consejería, que quedaría en manos socialistas, y los demás asuntos de la Consejería del Interior pasasen a un hombre del PNV. Se estima, al parecer, que un cargo de tanto peso político y responsabilidad como el de dicha consejería debe ser desempeñado por una persona propuesta por el partido mayoritario, que en este caso ha pasado a serlo el PNV.

En cuanto a los otros temas acordados en la reunión del comité nacional de Euskadi, quedan recogidos en un comunicado entregado al final de la reunión, en el que se acuerda la política de alianzas de cara a la «definitiva conformación de los ayuntamientos». El comité, «consecuente con la política de oposición seguida a nivel de Estado, y como partido de clase, acordó la necesidad de no llegar a acuerdos con UCD, como estrategia general, así como la de consolidar los logros conseguidos en aquellos municipios en los que el partido ha sido mayoritario». Se decide dar mandato al comité ejecutivo para que «con un criterio flexible» establezca las fórmulas de agrupación con partidos de izquierda. También se decidió formar un grupo parlamentario de socialistas vascos.