Termes propugna la revisión del programa económico de Fernando Abril
Con un decáloge de la evolución del año económico 1978 (cino aspectos positivos y otros tantos negativos) resumió ayer el presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, el contenido del informe presentado a la asamblea general ordinaria de la asociación. Los aspectos positivos resaltados por el señor Termes se refieren al superávit de la balanza corriente (1.509 millones de dólares), reducciónde la tasade inflación (16,5%), incremento de la exportación de bienes y servicios ( 13 %), crecimiento del PIB (4%) y evolución favorable del excedente empresarial (sin cuantificar). Los aspectos negativos de la evolución económica en el pasado año fueron, a juicio del presidente de la patronal bancaria, el mantenimiento de una tasa de inflación superior a la media europea, disminución -por cuarto año consecutivo- de la formación bruta de capital, persistencia de un alto grado de desempleo (1.083.300 trabajadores), agravamiento de la crisis industrial de los sectores básicos y las dificultades en la financiación de las empresas.En un extenso y detallado informe (33 folios), el señor Termes planteó la necesidad de que el nuevo Gabinete lleve a cabo un replanteamiento de las previsiones económicas para el presente ejercicio, formuladas inicialmente a finales del pasado mes de diciembre. Para el presidente de la patronal bancaria «aquellas previsiones se efectuaron en base a unos condicionantes políticos que, tras los resultados de las elecciones, han desaparecido».
Como aspectos esenciales de la política que -a su juicio- el futuro Gobierno debería proponer al Parlamento, el señor Termes citó la consecución de siete objetivos básicos. El primero de ellos, mantener el propósito de reducir la inflación al 10% en el presente año y al 7 % el próximo, como medio de al menos igualar la tasa que rige en los países del Mercado Común Europeo. El segundo, se refiere a la definición de unos objetivos de política monetaria congruentes con los indicadores de inflación y crecimiento del PIB programados. Es decir, un incremento real de las disponibilidades del orden del 18 % para este año. Al comentar este punto, el señor Termes manifestó sus temores respecto al comportamiento que este año puedan presentar los denominados factores autónomos (sector exterior y presupuesto), cuya evolución limita sensiblemente las posíbilidades del crecimiento real del crédito al sector privado. En este sentido, se mostró crítico respecto a las magnitudes calculadas para el déficit del sector público, que, a su juicio, debería quedar reducido prácticamente a cero. Otro de los objetivos señalados por el señor Termes es percisamente la revisión del presupuesto, actualmente pendiente de aprobación por las Cortes, cuyo déficit no debería exceder los 100.000 millones de pesetas, con el propósito de facultar la elaboración de presupuestos equilabrados en los tres ejercicios siguientes.
Un cuarto aspecto destacado es la flotación libre de la peseta que permita, lo más tarde el próximo año, la aparición de un déficit del sector exterior de mil a 1.500 millones de dólares, y, a su vez, la captación del ahorro exterior por cuantía equivalente en forma de inversiones y créditos, sin que ello incremente las reservas exteriores que, en su opinión, son ya excesivas.
El señor Termes propone también la inmediata liberalización de la política de contratación laboral, con las debidas garantías de control sindical. También incluye en este punto la necesidad de mejorar la productividad y la eficiencia empresarial. Junto a este objetivo, el presidente de la patronal bancaria expone en su informe la necesidad de llevar a término una progresiva liberalización de precios, que permita el restablecimiento del beneficio empresarial. Todo ello acompañado de una política arancelaria adecuada para, de acuerdo con la política cambiaria sugerida, evitar las alzas excesivas.
Finalmente, el señor Termes propone la idea de acometer un programa de reestructuración de los sectores básicos en crisis, a partir de un criterio de sostenimiento de los mismos. Esta reestructuración debe tener como objetivo dejarlos en manos privadas, de modo que quede garantizada la efectividad en la gestión empresarial. Como principios esenciales de la filosofía a aplicar, el presidente de la patronal bancaria propugnó la reducción de su actual tamaño al que sugieran la demanda interna y externa y que sean apoyados financieramente por vía presupuestaria (subvención), en lugar de acudir a circuitos privilegiados de financiación. Son todos los españoles los que, por vía fiscal, deben sostener el coste de la financiación privilegíada. No es justo que sólo los restantes usuarios del crédito paguen ese coste.
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