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Desaire federativo en las negociaciones AFE-clubs

Las negociaciones que volvieron a iniciar ayer la Asociación de Futbolisias Españoles y la Federación, ésta a través de tres representantes de la comisión de clubs, estuvieron a punto de romperse otra vez, a causa de un incidente personal entre Benito Castañeda y José Luis Carceller. Según la AFE, hubo «desaire personal por parte de Castañeda». Según la otra versión, la reacción de Carceller y también de Cabrera Bazán fue «inelegante».

Los dos asesores de la AFE dieron un portazo en la sede federativa de Porta y se marcharon de la reunión, a la que habían acudido por la tarde. Al margen de ello, la junta directiva de la AFE decidió también ayer ignorar jurídicamente a la Federación en el tema de las sanciones, por tratarse de materia laboral y presentar sus recursos ante las mismas -10% de la ficha de contrato a todos los jugadores huelguistas- ante las magistraturas de trabajo de cada provincia.Doce de los dieciséis componentes de la junta directiva de la AFE se reunieron ayer en su sede. Solamente faltaron Ansensi, Del Bosque, Arconada -que se desplazaron con la selección española a Bratislava- y Geñupi. Al mediodía, la reunión quedó suspendida a la espera de la que posteriormente iban a mantener en la Federación miembros de la AFE y de la comisión de clubs. Sería ahí donde la situación tensa alcanzó su más alto nivel.

Los asesores jurídicos Cabrera Bazán y Carceller, y los jugadores Abete y Movilla acudieron por parte de la AFE. Ortega (Atlético de Madrid), Castañeda (Real Madrid) y Samper (Federación) lo hicieron por los clubs. No hubo prácticamente posibilidad de diálogo, al admitir una de las partes -la federativa- que sus tres miembros no tenían representatividad alguna para llegar a soluciones válidas y concretas. El diálogo, pues, no podía producirse -ésta ha sido, por otra parte, la actitud federativa en los trece últimos meses y una de las circunstancias que empujó a los futbolistas a adoptar una postura de fuerza con la huelga-, situación que se agravó con un incidente, al parecer, provocado por Benito Castañeda, según la AFE. Este se produjo cuando el asesor jurídico del Real, Madrid se dirigió a Carceller en términos muy próximos a éstos: «No estoy hablando en estos momentos con usted, sino con otra persona.» Carceller y Cabrera abandonaron la reunión. Abete y Movilla siguieron en la misma, y finalmente se llegó al mínimo acuerdo de que, según recoge una nota facilitada por la AFE, «ante la constatación de la no representatividad de los miembros federativos citados, los asistentes acordaron proponer a sus representados la posibilidad de someter sus diferencias a un arbitra e de derecho, por lo que deberán convocarse las oportunas asambleas, comprometiéndose los señores Ortega, Samper y Castañeda a que quienes asistan a las reuniones futuras acudan investidos de un mandato expreso y formal». Este punto, síntesis del tercero y cuarto de la nota de la AFEI, parece denotar nueva ingenuidad y buena fe. La lamentable historia de las «negociaciones» anteriores, publicadas por EL PAIS, así lo hacen suponer.

Los puntos primero y segundo de los acuerdos de la junta directiva de la AFE hacen alusión a la presentación, ante las respectivas magistraturas provinciales, de los recursos contra las sanciones decididas por los clubs y plantean también una futura reunión con los representantes sindicales de los jugadores para la negociación de un convenio colectivo con los clubs, respecto a la profesión futbolística. Este convenio será solicitado legalmente en breve plazo a la Dirección General de Trabajo.

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