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Un niño de seis meses, abrasado en un incendio producido en su vivienda

Un niño de seis meses, Javier Arribas Sopeña, murió abrasado en un incendio- que se declaró espontáneamente en su vivienda, situada en la calle de Castro de Oro, número 13, de Madrid, en tanto que su hermana, Lidia, de seis años, hubo de ser internada en la clínica Primero de Octubre con quemaduras graves y principio de asfixia. En el momento de producirse el fuego, alrededor de la una de la tarde de ayer, los dos niños se encontraban solos en su vivienda.

El incendio se produjo por un cortocircuito. Con la muerte del niño Javier Arribas son tres los niños muertos en incendios de sus viviendas en los últimos dos días. Los niños Oscar e Ismael de Castro, de tres años y de nueve meses, respectivamente, perecieron igualmente en un incendio en una chabola del barrio de Palomeras un día antes. Oscar e Ismael se hallaban igualmente solos en su casa cuando se declaró el incendio en la tarde del lunes.Según testimonios de los vecinos, la madre, Pilar Sopeña, salió al mercado alrededor de la una menos cuarto, dejando a los niños solos, como hacía habitualmente. Al volver, minutos después, encontró la casa envuelta en llamas. Al parecer, un corto circuito produjo el fuego en algunas cortinas y enseres de la habitación donde estaban los dos niños, extendiéndose rápidamente.

Cinco coches de bomberos, que tardaron en acudir al lugar de los hechos alrededor de diez minutos, según los vecinos, lograron extraer los dos cuerpos, el del niño Javier sin vida. Varios vecinos pretendieron auxiliar a los niños sin conseguirlo, debido a la fuerte humareda.

La vivienda que ocupan los señores Arribas, una vivienda humilde, quedó prácticamente destruida. El fuego afectó a una vivienda de al lado. Javier y Lidia eran los dos únicos hijos del matrimonio formado por Francisco Javier Arribas, enfermo en el hospital de la Milagrosa, y Pilar Sopeña.

Dos niños muertos por asfixia en Palomeras

Oscar de Castro, de tres años, y su hermano Ismael, de nueve meses, murieron el pasado lunes a consecuencia de un incendio producido en su casa, en la que se encontraban solos cuando sus padres habían salido, a las cinco de la tarde, para recoger al hermano mayor del colegio San Pablo, en el barrio de Palomeras.

El incendio, según apreciación de los bomberos, se produjo al arder los faldones de una mesa camilla bajo la cual había una estufa eléctrica. En el momento del incendio el hermano menor estaba durmiendo en una litera, mientras su hermano Oscar jugaba con un parchís. Uno de los vecinos de la casa de los señores De Castro, situada en un barrio de infraviviendas, advirtió el olor a quemado y, en unión de otros vecinos, derribaron la puerta de una patada. Poco después llegaron los bomberos y la policía. Uno de los vecinos, Vicente Jiménez, rescató a Oscar con vida. Aparentemente no sufría quemaduras, pero murió en el trayecto hasta el Equipo Quirúrgico número tres de la calle de la Concordia. Los médicos intentaron reanimar al niño, sin resultados positivos. Poco después llegaba la policía con el cadáver del hermano menor.

Los padres de los niños regresaron a su casa poco después de ser rescatados sus cuerpos. Acompañaban a su hijo mayor, que acababa de salir del colegio. El padre, José de Castro, es pintor de profesión y se encuentra en paro. Tanto él como su esposa se dirigieron inmediatamente hacia el centro sanitario sin saber aún que sus hijos habían muerto. La casa que habitaba la familia era muy humilde, de material fácilmente combustible, y quedó prácticamente destruida.

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