Las fricciones con Estados Unidos acercan a los miembros de la CEE

Los acontecimientos políticos de estas últimas semanas, entre Estados Unidos y Europa, crean un clima favorable para la cooperación entre los nueve países miembros del Mercado Común. Contribuye, sobre todo, a un acercamiento de posturas, en lo monetario, energético y militar, entre París y Bonn, que polarizan los antagonismos intracomunitarios en el Mercado Común.La constante depreciación del dólar, tolerada por las autoridades monetarias de Washington para favorecer sus exportaciones y frenar sus importaciones -excepto las de petróleo, que cada vez compran más barato, al pagarlo en dólares...

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Los acontecimientos políticos de estas últimas semanas, entre Estados Unidos y Europa, crean un clima favorable para la cooperación entre los nueve países miembros del Mercado Común. Contribuye, sobre todo, a un acercamiento de posturas, en lo monetario, energético y militar, entre París y Bonn, que polarizan los antagonismos intracomunitarios en el Mercado Común.La constante depreciación del dólar, tolerada por las autoridades monetarias de Washington para favorecer sus exportaciones y frenar sus importaciones -excepto las de petróleo, que cada vez compran más barato, al pagarlo en dólares devaluados-, origina una corriente en Europa partidaria de reforzar el producto de unión económica y monetaria en la CEE.

Los ministros de Economía y Finanzas de los nueve, que se reunirán el lunes en Luxemburgo, trazarán las orientaciones generales para una mayor cooperación monetaria europea, de acuerdo con las indicaciones políticas definidas el pasado fin de semana en Copenhague, a nivel de los nueve jefes de Estado y de Gobierno de la CEE.

Las nuevas ideas de la CEE en materia monetaria para hacer frente a la guerra del dólar serán expuestas a los propios norteamericanos en la cumbre de las siete primeras potencias económicas occidentales (Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá), que se reunirán en Bonn, a mediados de julio.

La versión energética del acercamiento intracomunitario que provoca la política del presidente Carter se explica a partir de la coacción que pretendía ejercer Estados Unidos sobre el Mercado, Común, en virtud de la nueva ley norteamericana de control de la proliferación nuclear, ley que desea la revisión del acuerdo Estados Unidos- Euratom (Comunidad Europea de la Energía Atómica), petición que, como se recordará, Jimmy Carter acompañaba de una amenaza de embargo de suministro de uranio enriquecido a los europeos a partir del pasado 10 de este mes.

Un último aspecto positivo de la coyuntura política europea es el aplazamiento para la fabricación de la bomba de neutrones. Europeos y norteamericanos hablarán de la defensa nuclear europea el próximo martes y miércoles en Fredirikshavn, en el norte de Dinamarca. en el curso de la reunión del grupo de planes nucleares de la OTAN.

Sin embargo, en materia de defensa, las posibilidades de los europeos, «huérfanos» ante el bloque del Este sin el paraguas atómico americano que cubre la OTAN, son más escasas que en lo monetario y lo energético. Sobre todo si la URSS no acepta incluir la eventualidad de la fabricación de la bomba de neutrones en las negociaciones para limitar el potencial soviético y, en concreto, en retirar parte de su potencial de tanques estacionado en las fronteras Este-Oeste, en la zona central de Europa, contra cuya amenaza se pretende alzar la bomba de neutrones.

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