Escándalo mayúsculo por una chotada indecente

Con un escándalo mayúsculo, con lluvia de botes de cerveza sobre el redondel, no se vendieron almohadillas, y con un claro enfrentamiento entre público y presidencia acabó una corrida desastrosa. La inhibición de la autoridad, que ya el año pasado consintió un saldo que originó un escándalo, provocó un grave altercado que generó enfrentamientos con la Guardia Civil, que tuvo que sacar, escoltado, al presidente y acompañarlo a su domicilio.La presencia intolerable de los toros, seis inválidos desmochados, fue la causa del altercado. Cuando salió el sexto, totalmente mocho, el público pidió al presidente que suspendiese la corrida. Gritaba indignado: «¡Chorizos, sinvergüenzas, esto es una estafa!» La Guardia Civil protegió el palco.

Para empezar, la injustificada ausencia de El Viti, que alegó el cambio de los toros para no venir, y así, con este abuso, que ya es costumbre, el serio torero se rió del público. De un público que paga, y .por cierto, precios altísimos. Al Niño de la Capea le regalaron dos orejas por una faena larguísima y vulgar. Manzanares, de pena, amanerado, desganado, fue una triste sombra por el ruedo.

La actuación de los dos toreros, Manzanares y Niño de la Capea, fue un verdadero desastre. No contribuyeron para paliar este inmenso escándalo que se ha producido en El Escorial. Al público lo han echado de la plaza, supongo que para siempre. Ni Manzanares ni Capea han sabido estar ni medio bien. En todo momento, vulgares, truquistas, sin recursos, sin saber en ningún momento qué faena hacer ni siquiera saber sostener aquellos inválidos.