_
_
_
_

Esperanzador triunfo del Getafe con "show" arbitral

Mucho se jugaba Getafe y Pontevedra el domingo en Las Margaritas, y lo cierto es que por causas ajenas, en principio, a la voluntad de los jugadores, el choque acabó con tintes dramáticos para el Pontevedra al perder no ya dos valiosos puntos, sino a varios jugadores, dos de ellos expulsados, que pueden perjudicar mucho al equipo gallego. Todo ello en la segunda fase, tras un primer tiempo tranquilo, normal en su desarrolllo y excelente labor arbitral.La hinchada, consciente también del dramatismo de los puntos, apoyaba como en los mejores tiempos, algo olvidados, pero pronto el cuadro de Segura retornaba a las imprecisiones de recientes encuentros y facilitaba el aplomo de las líneas gallegas. El tanto de Romero, justo a la media hora de juego, premió el mayor afán madrileño, aunque para entonces ya avisó el Pontevedra en un espectacular remate de Araujo al larguero.

El colegiado andaluz, asómbrense, escuchó al retirarse a vestuarios una de las ovaciones mas sonoras que pueden dedicarse a los miembros del sufrido estamento arbitral, y esa acción tan agradable como inusual, resultaría luego perjudicial, especialmente para el Pontevedra.

En efecto, tras el descanso, Andújar se embriagó de los aplausos de la hinchada, y pasó a convertirse en la gran «vedette» del choque.

Si perjudicial resultó la ovación al colegiado por los aires de grandeza que le insuflaron, hubo otras dos acciones clave que delimitaron el accidentado segundo tiempo. La primera, en una entrada del duro central pontevedrés Gabriel a Polo, acabaría siendo retirado, hecho que motivó las iras de los aficionados que no perdonaron nunca al defensa y la «tomaron» con él cada vez que el balón rondaba su demarcación. La segunda acción adversa a los gallegos fue un remate de Plaza al poste cuando el marcador señalaba aún la mínima ventaja local. Como a continuación Romero marcaba el segundo tanto, en fallo increíble del meta Sánchez, el partido parecía visto para sentencia.

Andújar se ensañó después con los ya descontrolados jugadores de Lalo y para completar su concierto de pito expulsó de forma rigurosísima a Salazar y Araujo, siguió mostrando tarjetas en abundancia, -furioso por hacerlo en una ocasión se le cayeron varias del bolsillo- y acabó sacándose de la manga un penalti hábilmente buscado por González, que sólo existió en la imaginación del colegiado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_