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Sólo al final convenció el Rayo

El Rayo buscó la victoria de penalti y la encontró. Ante un Tenerife ridículo por las acciones mostradas, no encontró su hasta que se vio con ventaja en el marcador. Fue entonces, en los últimos minutos, cuando realizó jugadas de mérito y de cierto peligro. Hasta entonces los madrileños practicaron un bosquejo de juego lento y sin practicidad.Sorprendió el domingo el Tenerife con un juego barriobajero, primitivamente técnico y pobre en individualidades. De tan escasa calidad se contagió el Rayo, parco en ideas y nulo, por tanto, de cara al gol. Los marcajes de Marín a Francisco y de Pepito a Felines fueron suficiente para que el partido tomara los peores rumbos de cara al espectáculo. El Tenerife usó y abusó de las faltas en el centro del campo para frenar a su rival y confió la organización de su ataque a Marciel, que no dio una a derechas, y al veterano Gilberto, que más que hacer, deshizo. Illán, perdido y desatendido en la punta del ataque, tampoco hizo nada apreciable para marcar ante sus antiguos compañeros.

Con tan escaso bagaje, el Tenerife fue un contrario en teoría, para ser goleado. Mas el Rayo no estuvo ni fino ni medianamente organizado. La lesión de Macua, a los 36 minutos, no puede servir de excusa, pues mientras estuvo el madridista en el campo, el equipo tampoco funcionó, a pesar de que era el peón local más suelto. Los madridistas buscaron las penetraciones con Fuster convertido en extremo, pero esto tampoco dio resultado, y no hubo otro remedio que hacer una llamada a la veteranía. El árbitro ya habla sido abroncado en dos jugadas dentro del área isleña y en las que se reclamó penalti, y como los jugadores del Tenerife tenían debilidad por hacer faltas a sus rivales, se recurrió a penetrar con el balón en el área en busca de esa zancadilla providencial.

Esta llegó en una jugada de Alvarito, que por cierto se negó a ser sustituido ocho minutos antes por Potele, jugador que ya debe pensar seriamente su retirada. Con ventaja en el marcador y a falta de quince minutos fue bonito ver que el Rayo, lejos de querer mantener el resultado y perder tiempo, buscara una mayor diferencia y con ambición y ya juego veloz llevara el balón a los espacios libres. El equipo funcionó desde atrás con soltura y se vio un juego en consonancia con el equipo clasificado en tercer lugar de la tabla.

Por contra, el Tenerife de Mariano Moreno persistió en su juego indigno de Segunda División, con patadones que, para colmo, salían desviados o hacia atrás. Aún no se puede creer que este .equipo eliminase a un Real Madrid en la última edición del torneo de Copa.

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