El festival de Vista Alegre fue una broma
El simpático homenaje al mayoral de la plaza ha tenido muy poca seriedad, tanto en el ganado como en la concesión de trofeos, ya que no los ha concedido el presidente, sino que los cortaron los subalternos.Muy bien estuvo Antoñete, que realizó una faena con destellos de su gran clase,- hubo naturales muy lentos y templados, ligados con el de pecho, así como unos hermosos ayudados por bajo y recortes muy toreros.
Juan José toreó bien con el capote y realizó una voluntariosa faena de muleta, en la que destacaron los derechazos. El rejoneador Arranz, valiente y espectacular, pero un tanto ventajista. Destacó en el par del violín. Muy atropellado y valentón estuvo el novillero Sacromonte, al que no se le adivinan progresos. El joven Manuel Rodríguez, nervioso y agarrotado, apuntó algunos detalles de torero fino y de clase, sobre todo en derechazos de bien dibujado trazo. También se lució banderilleando al cuarto novillo el peón Martín Recio.
El domingo, en Vista Alegre, se celebró un festival sin picadores homenaje a Manolín Villaverde, mayoral de la plaza
Se lidiaron cinco novillos de Samuel Paz para Antoñete, Juan José, el rejoneador Luis Miguel Arranz, que sustituía a Andrés Vázquez, y los novilleros Sacromonte y Manuel Rodríguez. Sin que hubiera una sola petición, cortaron dos oreja, Antoñete, Juan José y Arranz, y una Sacromonte. Rodríguez escuchó aplausos. La novillada, en general, careció de casta, de presencia y de fuerzas. Fueron unos bichitos insignificantes.
En el capítulo de lo censurable hay que señalar el lamentable descaro de un alguacil con unos espectadores del tendido siete que expresaban su disconformidad. Se concedió un trofeo al triunfador de la tarde, al veterano diestro Antoñete, que nos deleitó con una faena en su estiló de torero fino, puro y clásico. Es una lástima que un espectáculo montado desde unas perspectivas de cariñoso homenaje con unos diestros que han prestado su desinteresada colaboración haya resultado una broma.
