En Italia se desorbitan los fichajes

Al igual que en fútbol se airean a los cuatro vientos las cantidades que en concepto de fichaje se pagan por determinados jugadores, en el deporte de la canasta el dar cifras sobre este tema es exponerse a que te llamen de todo, amén de correr el riesgo de no acertar. Este es un mundo sujeto a especulaciones y donde hasta la fecha nada se ha aclarado. Aunque ya empiezan a saberse las cantidades que adornan algunos cheques de los que son portadores deportistas olímpicos y, por tanto, amateurs que se dedican a introducir el balón dentro del aro.Sabemos de una forma más o menos oficial que en Italia se ha pagado este año algo -más de veinte millones de pesetas por parte del Sinudyne para hacerse con los servicios de Renato Villalta. Que por Renzo Bariviera, el Fernet Tonic ha abonado la cantidad de diecisiete millones largos de pesetas. Así podríamos enumerar algunos más con cifras ligeramente inferiores a las mencionadas, pero no por ello menos sustanciosas.

Que el baloncesto se desorbita es una prueba evidente al observar estas cifras, pero ¿hasta qué punto lo están en España? Eso es secreto del sumario. Uno, metido en este mundillo, ha podido saber de algunas cifras que no dejan de ser meros comentarios caídos en nuestro alrededor y que en la tarea periodística que nos ocupa hemos recogido. Así, por ejemplo, hasta nuestros oídos ha llegado la cifra que uno de nuestros equipos más modestos de la Primera División ha pagado por su nuevo americano, la cantidad de 25.000 dólares. Nosotros nos preguntamos si esto cobran los jugadores extranjeros que llegan a equipos sin otra pretensión que la de eludir el descenso, ¿cuánto cobrarán los que lo hacen a clubs con aspiraciones al título? Todo se sabrá algún día no muy lejano, pero para ello es preciso que alguien ponga las cartas boca arriba y descubra que hay jugadores en nuestra Liga con varios millones de ficha anual y con algunas decenas de miles de pesetas de sueldo mensual, aunque, por descontado, todavía nuestros jugadores «aficionados» no han llegado ni con mucho a los «olímpicos» italianos. De cualquier forma, y se mire por donde se mire, aficionados españoles y amateurs italianos todos son olímpicos, al igual que en otros muchos países, que no sólo nos centramos en estos dos, y cada cuatro años disponen de una buena oportunidad de aumentar su cuenta corriente con una clasificación en los Juegos.