Las medidas del Gobierno británico no detienen la caída de la libra

La inflación ha subido y el desempleo ha bajado en Gran Bretaña. Las últimas cifras, las del desempleo, señalan que ahora hay 45.000 personas menos sin trabajo en el Reino Unido. La cifra total se ha quedado en 1.456.000 desemplea dos, lo cual sigue siendo un récord contemporáneo. La reducción de desempleo que se ha observado ahora tampoco es muy relevante porque indica sólo que algunos de los que han terminado sus estudios han encontrado trabajo. Los sectores donde el desempleo es crónico siguen padeciendo de lo mismo.

La tasa de inflación, que había venido bajando sin interrupción desde hacía once meses, se alzó en agosto en un 1,5 por 100 y se ha colocado en un 13 por 100, aunque los economistas no la consideran demasiado inquietante de momento.

Lo que sí es inquietante es el clima de incertidumbre que sigue rodeando a la esterlina. Uno de los factores que influyen en esa desconfianza es la amenaza de la huelga de los marinos mercantes, que todavía no se ha levantado del todo. Esa huelga podría dejar fuera del trabajo a 40.000 sindicalistas de la marina mercante y paralizar una parte esencial del comercio de este país. Ayer, empresarios y trabaja dores se reunieron para elaborar una propuesta conjunta cuya aprobación final será firmada por el Gobierno siempre que los aumentos que obtengan los marinos no quiebren la estructura del contrato social.

El Gobierno ha venido tomando medidas extraordinarias para evitar que la libra se siga deterioran do. En ese contexto están la subida en el tipo de interés bancario hasta niveles que en la City se han estimado exagerados. Ahora el tipo de interés otorgado por el Banco de Inglaterra es del 13 por 100. Otra medida gubernamental ha sido la de poner en circulación 600 millones de libras.

En los círculos financieros no se ha acogido con sorpresa la medida, que se considera coherente con la restante política económica seguida por el Gobierno para devolver a la libra la salud perdida.

Parece que el anuncio de la puesta en el mercado del nuevo stock de esterlinas ha causado una buena impresión porque ayer la moneda británica dejó de sufrir los embates que la habían debilitado considerablemente en días anteriores.