Los vaivenes de Ricky Rubio, ahora de Minnesota a Cleveland

Ricky Rubio empieza a estar tan acostumbrado a que la NBA le envíe de un equipo a otro que ni se inmutó cuando supo ayer en Tokio que Minnesota lo ha traspasado a Cleveland. El base de 30 años aprovechó para relajarse en la Villa Olímpica durante la habitual jornada de descanso de la que gozan los jugadores de la selección española después de cada partido. El día anterior, su actuación resultó fundamental para el triunfo de España ante Argentina en el Saitama Super Arena.

A primera hora de la mañana en Tokio, y poco antes de que empezara a conocerse el resultado del draft, llegó desde Estados Unidos la noticia de su traspaso a Cleveland. Minnesota Timberwolves recibe a cambio al alero de 27 años Taurean Prince, una elección en la segunda ronda del draft de 2022 y una suma de dinero no determinada pero que en la NBA es muy limitada.

Es el segundo canje de jugadores que afecta a Ricky en los últimos ocho meses. En esta ocasión se lo tomó con más filosofía, entre otras cosas porque su segunda etapa en Minnesota no fue satisfactoria y porque habrá que ver si definitivamente recala en Cleveland o será una escala. Los Celtics, los Lakers y los Clippers son algunos de los equipos que se han interesado por él.

Fue peor en noviembre. Entonces, cuando ya tenía hechas las maletas para regresar a Phoenix, le comunicaron que su destino era Oklahoma City. Su agencia de representación movió rápidamente los hilos y acabó regresando a Minnesota, al equipo que lo eligió en el quinto puesto del <CF1001>draft</CF> de 2009 y en el que, tras ganar la Euroliga de 2010 con el Barcelona, empezó una etapa de seis temporadas. En 2017 fichó por Utah Jazz y en 2019, por Phoenix Suns.

Cleveland Cavaliers concluyó la pasada temporada antepenúltimo en la Conferencia Este con 22 victorias y 50 derrotas. Fue la tercera campaña consecutiva en la que no se clasificó para los playoffs después de que LeBron James cerrara una segunda etapa en el equipo durante la que disputó cuatro finales seguidas y ganó el título en 2016. Cleveland cuenta en este momento con el pívot de 32 años Kevin Love como principal figura, aunque también está afectado por los rumores de traspaso. Love y Ricky jugaron juntos durante tres temporadas en Minnesota, hasta que el pívot se marchó a los Cavaliers.

“Vaya negocio”

Tras el canje de noviembre de 2020 que llevó a Chris Paul a Phoenix y que enviaba a Ricky en principio a Oklahoma City, el base del Masnou reaccionó con un lacónico tuit: “Vaya negocio”. Después hizo más explícita su posición frente a este tipo de situaciones, a menudo incómodas e intempestivas para los jugadores y para sus familias. “Al firmar aceptas condiciones, pero hay formas y formas. Los jugadores somos unos privilegiados, pero los que se encargan de estas cosas tienen que entender que además de jugadores también somos personas. No es plato de buen gusto que cuando estás involucrado en un proyecto, te dejas la piel y ves que va funcionando, a la primera de cambio te tengas que ir”. Lamentó mucho aquel viraje. “Antes de que llegara la pandemia, creo que estaba jugando mi mejor baloncesto”, dijo al final de la temporada. “Venía de un gran verano con la selección en el Mundial, y luego jugué un gran año en Phoenix. Estaba terminando la temporada muy fuerte y luego la pandemia golpeó e interrumpió mi buen momento de juego”.

Los primeros meses de Ricky en su regreso a Minnesota fueron difíciles. Fue suplente de D’Angelo Russell, con el que no se entendió demasiado bien. Pero Russell se lesionó, Ricky recuperó la titularidad y los dos mejoraron su rendimiento. El entrenador Ryan Saunders fue relevado en febrero por Chris Finch, con quien Ricky estuvo más cómodo en la cancha. Pero no pudo evitar que sus estadísticas finales fueran las peores de su carrera en la NBA con una media de 8,6 puntos, 4,7 rebotes, 8,8 asistencias y 26 minutos. Anthony Edwards, el número uno del draft de 2020, elogió el liderazgo que ejerció Ricky en el equipo, donde jugó también junto a Juancho Hernangómez. La próxima temporada concluye la extensión de tres años de contrato que firmó Ricky en julio de 2019 y que le asegura una ficha de 17 millones de dólares, 14,3 millones de euros, la próxima temporada.

La pasada campaña fue especialmente dura para él. “Me sentía muy a gusto (en Phoenix) y de golpe (el traspaso) te cambia la vida. Después de pasar la covid, el doble traspaso. Son muchos cambios que te afectan en lo personal y ha sido duro adaptarse a todo”, explicó en una entrevista en EL PAÍS. Tomó la decisión de renunciar a disputar los Juegos Olímpicos. Las llamadas de sus compañeros en la selección y el consejo de su mujer Sara, le hicieron reconsiderar la idea. Y en los dos primeros partidos ha exhibido un nivel al que demostró en el Mundial que ganó España y fue elegido el MVP.

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