

La fe de Simeone en Javi Galán y el dilema de reducir a Rodrygo
Simeone debe decidir si mantiene su apuesta por el extremeño o da entrada a Azpilicueta para tapar al brasileño. “Sufrió como todos los laterales izquierdos”, defiende el técnico sobre el duelo de la ida


El devenir de la temporada ha mostrado que el Atlético de Madrid tiene un problema en su banda izquierda. Genera menos profundidad y tiene menos estabilidad defensiva que en la derecha. Un agujero a tapar con vistas al partido del miércoles en el Metropolitano ante el Real Madrid con el pase a cuartos de final de la Champions en juego.
La multitud de combinaciones que ha probado Diego Pablo Simeone no han terminado por conformar un flanco izquierdo que le inspire confianza. Cuando jugaba con carrileros, por allí pasaron Lino, Riquelme, Reinildo, Azpilicueta y finalmente Javi Galán. Este último es el único de todos los utilizados en el ala izquierda que se asentó en el once cuando Simeone abandonó la defensa con tres centrales y dos carrileros y pasó a una línea de cuatro zagueros. El problema para Simeone es que Galán es detectado como un punto débil por los rivales del Atlético. El técnico defiende a su jugador en público, pero es consciente del déficit que tiene en el costado izquierdo ante el carrusel de futbolistas que ha circulado por allí en lo que va de curso.
“Creo que Javi [Galán] está dando el máximo que tiene. No tengo ninguna duda. Estamos sacando lo mejor de él. Nos está ayudando muchísimo. Evidentemente, necesitamos de su mejor versión”, explica Simeone cuando se le pregunta por el defensor. La apuesta del técnico por Galán tiene mucho que ver con su meritorio acceso al once, después de permanecer en el club cuando era candidato a salir este verano y de no contar para el Cholo en el inicio de la temporada. “Sabemos de sus condiciones, de su humildad y de su compromiso y lo necesitamos”, zanja el preparador argentino. Tampoco hay que olvidar que Galán emergió junto con Giuliano con el equipo al borde de la crisis y ambos colaboraron a la mejoría del equipo.
Entrados en esta fase decisiva de la temporada, lo cierto es que los contrarios intuyen una debilidad defensiva en el Atlético. En el partido de ida, Carlo Ancelotti, —como en la Copa, Hansi Flick—, tuvo claro por dónde debía cargar el ataque y el Madrid arrancó buscando a Rodrygo. A los tres minutos, el brasileño le ganó la espalda a Galán y marcó el primer tanto de los madridistas. Minutos después, Rodrygo volvió a saltarse la vigilancia del lateral extremeño y volvió a pisar área en una pugna en carrera mano a mano que bordeó el penalti. “Obviamente, el otro día le tocó sufrir con Rodrygo como sufren la mayoría de laterales izquierdos, Galán no es la excepción. ¿Sufrió un poco con Yamal? Sí, como sufren la mayoría de los laterales izquierdos”, razona el entrenador rojiblanco.
La fotografía del primer gol del Madrid detalla que Valverde no tuvo oposición para darle ese gran pase corrido que Rodrygo manufacturó con un golazo. Un mano a mano buscado y encontrado con demasiada facilidad por el Madrid. Galán puede que no tenga entre sus mejores virtudes la de ser un marcador inexpugnable, pero también es cierto que por delante de él tampoco se ha asentado un jugador que le ayude en el dos contra uno. Ni Gallagher, ni Lino, ni Riquelme cuajan por delante de Galán. En Getafe, incluso apareció el ignorado Lemar.
Simeone sabe que el foco está puesto en Galán y tendrá que decidir si lo mantiene u opta por especialistas más defensivos como Azpilicueta o Reinildo. “Está teniendo más minutos Galán porque entiendo que nos hace bien como equipo. Reinildo tiene sus fortalezas defensivas, y lo hemos utilizado en los finales de los partidos”, explica Simeone sobre el mozambiqueño. El técnico está ante un dilema. De los tres, defensivamente del que más se fía es de Azpilicueta, que volvió a los entrenamientos la semana pasada después de casi un mes de baja. “Está entrenando de la mejor manera. Y va camino de estar preparado para jugar, porque lo vamos a necesitar”, relató Simeone en la previa del Getafe. Otro partido en el que afloraron debilidades defensivas en simples y lejanos centros frontales. Demasiado para un equipo que se reafirma desde la solidez defensiva.
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