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Atlético ATM
1
Julián Álvarez 7'
Lille LIL
3
Edon Zhegrova 60', Jonathan David 73' (p), 88'
Finalizado

Simeone como revulsivo de Simeone

El Atlético recibe al Lille con el hijo del técnico afianzado como solución de emergencia

Diego Pablo Simeone
Giuliano Simeone, durante el entrenamiento previo al partido de Champions de este miércoles entre el Atlético de Madrid y el Lille.Rodrigo Jimenez (EFE)
Ladislao J. Moñino

El domingo, con el Leganés por delante en el marcador (0-1), Diego Pablo Simeone llamó a su hijo Giuliano (21 años) para darle las últimas instrucciones antes de entrar al terreno de juego. El padre buscaba un punto más de energía para que el Atlético remontara. El escenario era complejo. El fondo sur estaba vacío, la hinchada ya había dado muestras de su descontento con el juego del equipo y la derrota suponía distanciarse de la pelea por la Liga con el mes de octubre aún por concluir. Un paisaje áspero y exigente del que salió reforzado como revulsivo.

Delantero de trabajo y potencia para atacar los espacios, el hijo menor del técnico ocupó el carril diestro. Desde una posición que no es la suya, el resultado del cambio fue que Simeone salvó a Simeone. Giuliano participó en la jugada del primer gol habilitando a Witsel en el área para que este asistiera a Sorloth. Poco después protagonizó una acción que certificó el comentario de técnicos y ojeadores que siguen en el Cerro del Espino las evoluciones de los canteranos, pese a que no sea un talento deslumbrante con el balón: “Será jugador de Primera División”. Giuliano corrió a por un balóna pelota que se marchaba por la línea de banda, se deslizó por la hierba para rebañarla y la orientó para que poder continuar la carrera al levantarse y ejecutar un pase al primer palo que Griezmann convirtió en el 2-1. La hinchada celebró eufórica el reconocimiento para otro Simeone y el estar ante uno de los suyos. Giuliano ha mamado la esencia del Atlético que ha construido su padre en viajes y hoteles desde que llegó a Madrid con 16 años.

Nunca es cómoda la presencia del hijo del entrenador en un equipo. Ni para los compañeros, ni para el club, ni para el progenitor, ni para el vástago. La línea de las suspicacias por nepotismo es muy fina. Tanto que su destino este curso no era todavía formar parte del primer equipo del Atlético. Estaba pactada su cesión al Alavés por segundo año consecutivo. La intención de Samu Omorodion de marcharse fue la que le generó el hueco en el plantel y abrió la espita de esa situación incómoda para todos. Nadie en el Atlético niega que incluso su padre ha podido retraerse de concederle más minutos. En la sala de prensa del Metropolitano se advirtió que el Cholo no se siente cómodo cuando tiene que hablar de su hijo y menos para elogiarlo después de su meritoria actuación. “Es su trabajo, es lo que tiene que hacer, está creciendo, tiene muchas cosas por mejorar, pero tiene hambre y el trabajo, como a Javi Galán, termina pagando”, dijo el padre sobre la actuación del chico. Esta noche (21.00, Movistar), el Atlético se mide al Lille y lo normal es que sea suplente. Pero la normalidad también será que el Cholo tire de él como agitador si lo necesita.

Giuliano Simeone recibe instrucciones de su padre.
Giuliano Simeone recibe instrucciones de su padre.Angel Martinez (Getty Images)

El mérito de Giuliano es haber difuminado ese trazo tan delicado con el ejercicio de profesionalidad que ha realizado desde que con 19 años entró a formar parte del juvenil rojiblanco. Donde no le llega con la calidad, le llega con el esfuerzo y con el aprovechamiento máximo de sus cualidades. Luis García, que fue su entrenador en el Alavés el curso pasado, se quedó prendado de él cuando Giuliano jugaba cedido en el Zaragoza. “Le hemos aguantado, pero es que…. el Simeone este macho, es que tela. Es que puede estar corriendo 90 minutos sin parar, es un incordio... Puff... es un jugador de un nivel muy bueno. Y es que de cualquier jugada te saca cualquier cosa: hace que los centrales no puedan despejar bien, hace que no puedas ser contundente…”. Luis García no pudo disfrutar de él durante más de media temporada porque en un amistoso de verano se rompió la tibia y el peroné. Su fortaleza física y mental le permitió acortar en más de un mes los plazos de recuperación. Su final de temporada le valió para representar a Argentina en los Juegos de París. En agosto, Scaloni le convocó para la absoluta.

Supersticioso

También su manera de procesar el apellido ha contribuido a su ascensión al fútbol profesional y a que en el vestuario del Atlético le respeten como futbolista sin tener en cuenta su parentesco con el entrenador. “No me pesa el apellido, me enorgullece”, acostumbra a responder cada vez que le preguntan por la responsabilidad de soportar la pesada carga del linaje. “Se deja la vida en los entrenamientos y en los partidos”, afirmó Witsel al término del partido con el Leganés.

Esas virtudes son las que más le relacionan con el jugador que fue su padre, más completo que él con el balón. Los que le conocen también les emparentan con la timidez de ambos para relacionarse de primeras y más soltura para desenvolverse en las distancias cortas cuando adquiere confianza. También coinciden en su condición de supersticiosos. Giuliano juega con una venda roja en su mano derecha desde que Luis Suárez le contó que él no se la quitaba desde la primera vez que se la puso y marcó. Puro Simeone.


Clasificación

Clasificación PT PJ PG PE PP
21
BRU
3 2 1 0 1
22
FEY
3 2 1 0 1
23
ATM
3 2 1 0 1
24
PSV
1 2 0 1 1
25
STU
1 2 0 1 1
Clasificación PT PJ PG PE PP
16
BCN
3 2 1 0 1
17
RMA
3 2 1 0 1
18
LIL
3 2 1 0 1
19
PSG
3 2 1 0 1
20
CLT
3 2 1 0 1

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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