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Xabi Alonso intenta la ‘Catapulta Infernal’ en Leverkusen

El técnico español emplea la celebración de la Bundesliga para invitar a jugadores e hinchas a ir a por la Copa de Alemania y la Liga Europa

Xabi Alonso micrófono en manos se dirige a la hinchada del Leverkusen rodeado de sus jugadores, en el estadio, el domingo.
Xabi Alonso micrófono en manos se dirige a la hinchada del Leverkusen rodeado de sus jugadores, en el estadio, el domingo.CHRISTOPHER NEUNDORF (EFE)
Diego Torres

Fernando Carro, el presidente español del Bayer Leverkusen, invitó a Uwe Richrath, el alcalde socialdemócrata de Leverkusen, al vestuario del campeón. En plena fiesta de celebración del título de Bundesliga, el domingo pasado, el espectáculo que se descubrió ante el burgomaestre de esta población de 160.000 habitantes de Renania resultó de lo más mundano y entrañable. Las jarras de cerveza volaban de mano en mano y los jugadores, el cuerpo técnico, sus familiares y sus amigos se bañaban por dentro y por fuera con el líquido espumoso, tal y como manda la tradición secular del fútbol alemán. En medio del jolgorio, el sumo sacerdote de la hinchada y la plantilla, el entrenador Xabi Alonso, participaba de pleno en un ritual que lo consagraba como algo más que un técnico.

El ayuntamiento de Leverkusen informó ayer de que en el pleno del próximo 6 de mayo se propondrá el nombramiento de Xabi y Carro como hijos ilustres de la ciudad. También se someterá a votación la dedicatoria de una calle o una plaza a honrar la memoria del entrenador vasco, responsable del primer título de Bundesliga en la historia del club, fundado en 1904 y actualmente propiedad de la compañía química Bayer.

“Es muy especial estar aquí celebrando que somos finalmente campeones de Alemania”, dijo Xabi ante la multitud congregada en el estadio, el domingo. “Pero queremos más. ¡Queremos más! ¡Queremos la Copa también y queremos la Europa League!”.

La conmoción que ha provocado en Alemania el triunfo del Leverkusen a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato es proporcional al desequilibrio histórico entre el club de la Bayer y las potencias tradicionales como el Bayern, el Dortmund, el Borussia Mönchengladbach, el Hamburgo, el Colonia o el Eintracht. Que el Leverkusen se encuentre a un paso de levantar la Copa de Alemania —juega la final el 25 de mayo contra el Kaiserslautern— y marche como un tiro en la Europa League —se impuso al West Ham por 2-0 en la ida de los cuartos— profundiza en la perplejidad general pero no parece inmutar a Xabi. El tolosarra espolea a la hinchada y a sus jugadores para aprovechar la ola de entusiasmo en las cinco semanas que le restan a las competiciones. El triplete parece un hito factible para un equipo que cada día juega más compenetrado y que no ha sufrido ni una sola derrota en lo que va de temporada. Más factible incluso que La Catapulta Infernal, la jugada inverosímil que Xabi y su hermano Mikel aprendieron de la serie de Oliver y Benji y que nunca lograron trasladar al fútbol real por más que se empeñaron en reproducirla cuando eran unos alevines, a lo largo de toda una tarde que debió llevarlos al límite de sus posibilidades acrobáticas.

Xabi nunca fue un futbolista de tipo acrobático, pero sus dotes diplomáticas y su don de gentes le valieron un apodo entre sus colegas cuando jugaba en el Madrid: El Negociador. Desde hace meses ha tenido que activar estas habilidades para practicar el funambulismo a medida que le llegaban propuestas para entrenar al Liverpool y al Bayern en la temporada que viene.

Cuentan en el Madrid que incluso Florentino Pérez se plantea proponerle el banquillo, para el caso de que Ancelotti deje el club en 2025. Para apagar rumores, Xabi, contra la expectativa general, anunció hace un mes que seguirá un año más en el Leverkusen. “El Bayern atraviesa una transición muy profunda en su cúpula, y en estos momentos es un banquillo difícil”, observa Jonas Boldt, que fue director deportivo del Leverkusen hasta 2019. “Y suceder a Klopp en el Liverpool exige estar a la altura de una leyenda. ¡Bufff! Veo normal que Xabi elija el Madrid. En su contrato se prevé que pueda liberarse si lo llaman algunos de estos clubes en 2025. Hasta entonces está blindado”.

A sus 42 años y con tan solo temporada y media como entrenador en Primera División, Xabi Alonso vive una aventura que él describe como “inesperada”. Por si conquistar dos Champions, dos Eurocopas, una Copa del Mundo y unas cuantas ligas no fuera suficiente, ahora galopa hacia el triplete con un equipo de pueblo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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