El mejor Sevilla del año acaba con un Atlético fundido
El gol del emergente Isaac bastó a los andaluces, que se alejan seis puntos de la zona de descenso
En el minuto 92, Sergio Ramos se anticipó en el centro del campo en un balón aéreo para cortar el avance del Atlético. Nervión estalló. Un rugido infernal que certificó la rendición de un cansado Atlético ante el mejor Sevilla del año. Brilló Sergio Ramos, por supuesto, y también un puñado de jugadores, con Acuña y el joven Isaac a la cabeza, que se reivindicaron, al fin, con un triunfo de prestigio ante uno de los grandes. Un Atlético que notó mucho los esfuerzos continuados de una temporada en la que resiste en tres competiciones. Lo notó, especialmente, su mejor hombre, Griezmann, sin chispa. El francés solo dejó destellos de calidad. Los de Simeone no aprovecharon la derrota del Girona y pueden sentir el aliento del Athletic en la nuca si los vascos se imponen hoy al Almería. El Sevilla, por su parte, se distancia seis puntos de la zona de descenso con un triunfo vital. Lo importante, además, es que los tres puntos llegaron con un aceptable despliegue de juego, en especial en la primera mitad. Luego tocó remangarse y defenderse de las acometidas del Atlético, que mejoró en la segunda mitad.
Fueron los momentos en los que volvió la comunión entre la afición y un equipo que Quique está rehabilitando con mucho trabajo. En pleno acoso atlético llegó el salto de Ramos y su despeje. El colofón a un buen partido del Sevilla para desvelo de Simeone. El Atlético pelea en muchos frentes. En la Liga, debe asegurar la plaza de Liga de Campeones. Cuando las piernas no van, hay poco que hacer.
A pesar de la distancia sideral en puntos entre el Sevilla y el Atlético, el duelo en la gris y lluviosa tarde andaluza mantiene numerosos puntos de interés. Un clásico del fútbol español que le vino al Atlético después del duro trance copero ante el Athletic. No tiene pausa el cuadro de Simeone, que metió hasta cuatro cambios en su once con la idea de refrescarlo. Paulista, que se estrenaba como titular, Hermoso, Llorente y Morata entraron en el once del Atlético ante un Sevilla en el que regresaba Sergio Ramos. Mermado por las ausencias en defensa, Quique no tiene más remedio que contar con el campeón del mundo, que siempre está. Como Griezmann en el Atlético, una máquina de devorar minutos.
Y quizás fuera eso, precisamente, los minutos disputados, los que marcaron la diferencia en un primer tiempo estupendo del Sevilla. El Atlético pareció cansado, sin esa intensidad que tanto caracteriza al equipo de Simeone. Solo Lino por la parte izquierda dio señales de vivacidad. Apagados De Paul y Griezmann, el choque se le puso de cara a un Sevilla que, al fin, defendió bien para salir con velocidad al contragolpe. Un equipo mucho más intenso que el Atlético, ganador prácticamente de todos los duelos individuales y con un futbolista, Isaac Romero, en un espléndido momento de forma. Oblak había salvado ya al Atlético en un disparo de Acuña. Al córner siguiente, Ocampos prolongó el balón al segundo palo, donde irrumpió Isaac para anotar el 1-0.
Un gol de ariete puro, de los de verdad. Porque de verdad fue el Sevilla, que gozó de varias ocasiones más para aumentar su ventaja en el marcador. Oblak salvó bajo la línea de gol un remate de Isaac y todavía el lebrijano envió un balón al larguero tras bajar en el área un balón largo de Ocampos. El Atlético, fundido, sin capacidad de presionar, sí mostró un ramalazo de calidad. En el minuto 41, Nyland salvó ante Morata un balón de gol.
En pleno dominio del Sevilla, Morata se lesionó en un choque con Soumaré. Los problemas se le acumulaban al Atlético.
Simeone movió sus peones en el descanso. La defensa de tres centrales fue historia y Llorente se incorporó al centro del campo con la entrada de Molina. Un equipo más reconocible, que metió al Sevilla en su área. Dominaron más los rojiblancos, que gozaron de una gran ocasión en el minuto 49 que Navas salvó bajo palos. Memphis gozó también de un par de acciones, pero el balón no entró y el Sevilla fue enfriando el partido. Suso y Lamela le dieron control del balón y, aunque el Atlético lo intentó hasta el final, el empate no llegó. Incluso Iglesias Villanueva pudo pitar penalti en un posible empujón de Molina a Isaac cuando encaraba la meta de Oblak.
Rugió Nervión como en los viejos tiempos y el alma del mejor Sevilla del año aplacó a un Atlético todo corazón, pero con poco fútbol. La fiesta fue grande en el Pizjuán porque su equipo ganaba en casa nueve partidos después. En el Atlético toca reflexionar y recuperar fuerzas. La Copa y el Inter esperan en la Liga de Campeones. Retos para los que debe llegar más fresco.
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