Un Athletic de Champions ahonda la crisis del Sevilla
Los vascos exhiben su superioridad ante un rival sin recursos y apuntan muy alto
El fútbol es cíclico. El Athletic se ha convertido en uno de los equipos que peleará por la Champions, lugar que el Sevilla ocupó en las últimas temporadas. El tiempo se ha detenido para el cuadro andaluz, tocado física y mentalmente, sin armas para pelear ante este fiable Athletic que ha construido Ernesto Valverde. El técnico tuvo un gran día para festejar su partido 500 en los banquillos de Primera, 285 de ellos con un Athletic que pasó por encima de este Sevilla tan triste. Debutaba Quique en el Sánchez Pizjuán y Del Nido Carrasco en el palco. Un trago muy amargo para ambos, en especial para el dirigente, puesto que la grada pidió varias veces su dimisión el día que se estrenaba en el cargo. El caldo de cultivo no es bueno en el Sevilla, que solo tuvo 10 minutos aceptables de juego en la segunda parte, con el 0-1, cuando Suso tuvo una buena opción para empatar. Muy poco, casi nada, para un Athletic superior, con las ideas muy claras, que cerró el choque con un remate preciso de su central, Paredes, en un balón colgado al área andaluza. La debilidad de la zaga local era pasmosa.
El Athletic, de esta forma, llega a unos magníficos 38 puntos, igualando al Atlético de Madrid y en plena pelea por un puesto para jugar la Liga de Campeones el próximo curso. El momento del conjunto vasco y la irrupción del Girona son las sensaciones de esta Liga. Al Sevilla y a su entrenador, Quique, les queda un calvario por delante. Está a un punto del descenso y sus sensaciones son más que preocupantes. Quique debutó con victoria ante el Granada, pero luego han llegado dos derrotas contra el Atlético y el Athletic que han desnudado las carencias del equipo. Necesita refuerzos y hay futbolistas, como Mir, a los que la grada no le perdona nada.
No hay tregua en el Sevilla. Una importante bronca despidió a su equipo al descanso. Bajo la intensa lluvia que cayó en la capital de Andalucía, el Athletic le dio un repaso a un equipo sin fe, asolado por las bajas y con demasiado miedo a jugar al fútbol. El Sevilla, construido con tres centrales y un gran número de jugadores por detrás del balón, se pasó mucho tiempo corriendo detrás de los rivales. No así el Athletic con dos puñales por las bandas, Nico y Berenguer, seguro en defensa y con dos pivotes que vieron el fútbol de manera estupenda. Ahí radicó también buena parte de la diferencia que existe hoy día entre dos históricos de la Liga. Sow y Gudelj (Soumaré se ausentó porque puede salir en este mercado) se mostraron incapaces de jugar un balón con sentido, sin capacidad para buscar a dos delanteros, Mir y Ocampos, demasiado solos. Vesga y Galarreta jugaron, sin embargo, con fluidez, encontrando rápido a sus compañeros en las bandas y bien secundados por Sancet. Tan bien lo hicieron que fabricaron un golazo. Centro medido al área de Galarreta y remate espectacular de Vesga de cabeza. Los tres centrales del Sevilla no pudieron hacer nada porque estaban parados y Vesga irrumpió en el área para sorprender.
El Sevilla, un alma en pena, acusó el golpe. Fue incapaz de tirar a la puerta de Unai Simón en un primer acto muy flojo. El Athletic dominó a su antojo y gozó de ocasiones para lograr un resultado más amplio a su favor. Cada pérdida de balón, cada mal acción de los jugadores locales provocaba los gestos de insatisfacción de Quique en el banquillo de Nervión, donde se estrenaba con muy mala fortuna.
Nada más comenzar la segunda mitad, el Athletic tuvo una triple ocasión para lograr el segundo tanto. Entre el larguero tras el tiro de un imparable Nico y Badé salvaron al equipo andaluz, que intentó tirar de orgullo para meterse en el partido. Había parado la lluvia y el Sevilla, con la aportación de Suso y las gotas de calidad de Rakitic, tuvo diez minutos de cierto nivel. El propio Suso lanzó fuera por poco desde la frontal del área y Kike Salas, el mejor de su equipo, se revolvió para disparar con fuerza. Unai Simón realizó una estupenda parada en el primer tiro entre los tres palos del Sevilla de todo el choque, en el minuto 73. Cuando mejor estaban los locales, Quique realizó un triple cambio que descompuso a su equipo. Januzaj no aportó casi nada y en el minuto 76 un balón colgado al área lo remató Paredes con absoluta comodidad para hacer el 0-2. El Athletic, que se había relajado en exceso, pudo celebrar ya la victoria en un estadio en otras temporadas casi inaccesible. Un tiempo donde el Sevilla se metía con cierta facilidad en la Liga de Campeones y ganaba títulos. Ahora, la realidad es muy distinta y sonríe a equipos como este buen Athletic. Bien que lo celebró su afición, desplazada en un número importante a la capital de Andalucía.
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