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EUROCOPA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El mejor fútbol de España, la peor puntería

Jugó la selección como sueñan jugar once tipos que salen al campo después de que uno inventase el balón

Riccardo Calafiori
Calafiori se marca en propia puerta.Manu Fernandez (AP)
Manuel Jabois

La primera parte de España fue una cena en la que todo salió bien, desde los platos hasta el vino; una cena de viejos amigos, frívolos y poco espinosos temas de conversación con abundantes y cómicas discrepancias, camareros cómplices y chef atento que sale un par de veces de la cocina para sumarse a la mesa, “la mejor mesa que he tenido nunca”. Todo eso un jueves a las 21 horas al lado del mar; un acordeonista con talento a lo lejos y unos delfines cruzando el océano. Al llegar la cuenta, todos la acercan para cotillearla, pero nadie saca la cartera. Como España con la portería: sus mejores minutos gastándola, pero nadie animándose a romperla.

Tuvo de todo la primera parte menos el gol, pero lo que tuvo describe un estado emocional impresionante. España borró a Italia hasta dejarla sin el azul de la camiseta. No fue un equipo, sino una afirmación: ofrece hoy el mejor fútbol de la Eurocopa y es la promesa más firme. Jugó con el balón y con los italianos, jugó por dentro con Pedri, Fabián y Morata (magnético espectáculo el de Pedri fabricando espacios, despejando rivales, para recibir con metros para pensar y segundos para correr) y por fuera, con Cucurella, Carvajal, Lamine Yamal y Nico Williams; jugó, España, como sueñan jugar once tipos que salen al campo después de que uno inventase el balón: la misma alegría y las mismas ganas. Tanto y tan bien que, al percibir los italianos que a los españoles les faltaba la puntería, metieron la pelota ellos solos en gesto inédito de buena educación.

Fue Nico Williams, partido desbordante el suyo, quien la lio todo el rato por su banda hasta dejarle antecedentes a su marca Di Lorenzo. El extremo del Athletic partió el eje de la defensa italiana y se largó por su carril para soltar un centro tenso, a media altura, repleto de cianuro. Fue un centro tan de patio de colegio que todos quisieron formar parte de su historia: la tocó Morata con la cabeza, la tocó Donnaruma con los guantes, y el balón acabó en las canillas desafortunadas de Calafiori: gol de España. Sobre Nico dijo Mario Suárez en la narración algo precioso y vintage: que a veces pedía agua, exhausto, para quizá engañar a los italianos porque, cuando le creían muerto, se pegaba unas carreras que parecía el hijo del viento; todo remitía al Perico Delgado de los Pirineos cuando se despegaba del pelotón de cabeza, fingiéndose muerto, para hundirlos cuando dejaban de prestarle atención. Se acerca julio, es hora del teatro al aire libre.

Italia, vieja serpiente cascabelera que tiró a España de las dos últimas Eurocopas, sacó el balón de su campo con un nerviosismo fuera de lugar, irrespetuoso; España, fallona delante de la portería, sufrió más de lo que merecía. Lamine Yamal lanzó en la segunda parte un misil inteligente que despegó de sus botas rozando la escuadra italiana que, si entra, hay que irse de Alemania a Santiago peregrinando; acto seguido, agitó al público con ardor guerrero. Qué bien pinta la selección, qué preciosa es la camiseta (lástima de medias negras) y cuántas precauciones hay que tener cuando se pinta tan bien. Aguarda Albania lo que se espera sea un partido de trámite después de haber asegurado la primera posición; y empiezan los fusilamientos, las rondas en las que no basta pintar bien, ni jugar precioso sin gol. Será ya después de San Juan, cuando de las hogueras queden las raspas de las sardinas. Y por esas también alguien tendrá que pagar la cuenta.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.
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