El pepinero que levanta copas y llevó al Leganés a un Mundial
Santiago Rivas iba para futbolista, pero el vino se cruzó en su camino. Con 30.000 seguidores y un estilo peculiar, es uno de los prescriptores más populares en redes sociales. Pero nunca dejó su pasión por el fútbol. Disputó el campeonato del mundo de cata a ciegas con la camiseta del Leganés. Su primer libro, que dedica al FC Barcelona, lo prologa David Silva, jugador de la Real Sociedad
Santiago Rivas recuerda perfectamente el día que probó por primera vez el vino. Era un mes de agosto y estaba con su familia de vacaciones en Roquetas de Mar. Uno de sus primos, Gilles Manzoni, al que todos llamaban Yilú, le invitó aquella tarde a dar una vuelta en su coche blanco. Yilú sacó del maletero una botella traída desde Beaujolais, una región francesa conocida por su vasta tradición vinícola. Cogió dos copas y le sirvió una a Rivas. En el momento en que la bebida impregnó su paladar, nació una afición que más tarde convertiría en su profesión. Tras formarse profesionalmente durante más de dos décadas, en 2018 se proclamó campeón de España de cata a ciegas por equipos.
En realidad, Rivas hubiera querido ser futbolista. Desde que era un crío jugó de lateral izquierdo en el club de su barrio, La Paz, en Leganés (Madrid) y con 12 años entró a formar parte de la cantera del equipo de la ciudad, que por aquella época llegaría por primera vez a LaLiga SmartBank. Pero aquel verano, Rivas había llegado a Roquetas con sus sueños rotos. Una lesión en la espina ilíaca le había obligado a dejar el fútbol. “Era malísimo y no iba a llegar a ser futbolista profesional”, recuerda ahora como consolación. “No había hecho nunca esta conexión, pero el año que empecé en esto del vino fue el mismo que dejé el fútbol”. Rivas pisó por última vez el Estadio de Butarque en 2020, cuando el equipo aún estaba en LaLiga Santander, para presenciar el “derbi” del sur de Madrid contra el Getafe CF. “Como un Boca-River, pero más civilizado”. No obstante, no se pierde ningún partido del FC Barcelona, su verdadera devoción futbolera, aunque la distancia le impide ir con asiduidad al Spotify Camp Nou.
Ambos mundos, el futbolístico y el vinícola, se volvieron a unir hace tres años. Ganar el trofeo nacional de cata a ciegas, en el que tuvo adivinar la denominación de origen de los caldos o el tipo de uva, le dio acceso en 2019 al torneo internacional de naciones, el Olimpo de la enología, representando a España frente a otros 28 países. Antes del certamen, se le ocurrió mandar un correo a su antiguo club, el CD Leganés, relatando su historia. Y les pidió cuatro camisetas serigrafiadas con los nombres de los integrantes del equipo para competir con ellas. Sin embargo, una intoxicación impidió participar a Rivas. España quedó en vigésimo lugar. “Soy básico en mi equipo”, bromea. Eso sí, los tres miembros del equipo español vistieron la camiseta pepinera. En los últimos años, “cuando he estado al 100%”, nunca han bajado del cuarto lugar en el campeonato nacional.
Rivas estudió Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid y, tras licenciarse, encontró empleo temporalmente como consultor financiero. Al mismo tiempo, fue haciendo cursos de enología. En 2002, cuando consideró que tenía suficiente bagaje, se mudó a París para trabajar en tiendas especializadas. Unos meses después regresó a España e hizo lo propio con distribuidoras españolas. En 2008, animado por sus amigos, comenzó a subir contenido en redes sociales con recomendaciones de las marcas que más le gustaban. Poco a poco se fue labrando la fama de la que goza en la actualidad. Con más de 30.000 seguidores entre Instagram, Facebook, Youtube y Twitter, es uno de los prescriptores vinícolas más populares en redes sociales bajo el seudónimo Colectivo Decantado. El nombre tiene su origen en dos de sus influencias musicales favoritas: las bandas estadounidenses Nine Inch Nails y Wu-Tang Clan. “Todo el mundo piensa que el primero lo forman varias personas, pero solo tiene un miembro, Trent Reznor. El segundo sí estaba compuesto por tres raperos, pero siempre con vocación de sacar discos cada uno en solitario. Por esa influencia quise dar aspecto de falso grupo”, explica.
Rivas habla exclusivamente de los vinos que le gustan huyendo de la crítica tradicional, que la parece “muy aburrida”. “No tienes que enredar la forma de decir que está bueno o no y recargarla de términos científicos. Cuéntame otra cosa: algo de la bodega, cómo o dónde lo tomas, pero que sea interesante”, explica. Rivas ha sustituido la terminología vinícola clásica por un vocabulario propio. Expresiones como “vinos de fresqueo” —aquellos que resultan fáciles de beber — o Jorgejuaners — “este tipo de gente algo finolis que frecuenta restaurantes de moda de la calle de Jorge Juan de Madrid”, apostilla— son comunes en sus críticas. Es ese estilo desenfadado y un poco gamberro que ha trabajado desde que publicase su primer vídeo en redes sociales, en 2016. “Hizo mucho ruido y empecé a ser más o menos conocido en el mundillo”. Consiguió acumular desde entonces una legión de adeptos a su forma de comunicar. “Ganar el campeonato de España de 2018 hizo que me tomaran en serio aquellos que me consideraban un teleñeco del vino”.
Uno de esos seguidores es todo un ilustre del fútbol español: el jugador de la Real Sociedad, David Silva. El canario es un gran aficionado al vino y amigo de Rivas desde que un conocido común los presentara en una cata. El ex del Valencia CF, SD Eibar y RC Celta de Vigo, entre otros, es también empresario vinícola. Este verano abrió su propia bodega en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). Y no es el primero. Antes lo hicieron más rostros conocidos de LaLiga, como Andrés Iniesta, que abrió su bodega en su pueblo, Fuentealbilla, en 2010; el también albaceteño Sisinio González Sisi, que ahora juega en Japón, o los osasunistas César Cruchaga, Patxi Puñal y Nacho Monreal, con viñedos en el Valle de Yerri, una de las zonas más altas de la DO Navarra.
Silva escribió el prólogo del primer libro de Rivas, Deja todo o deja el vino, publicado el pasado noviembre. “Conocía a Santi virtualmente gracias a un vídeo en el que se disfrazaba de fantasma. Yo intuía que eso, muy normal no era, pero sí que el mensaje llegaba al espectador [...] Ha sido muy motivador, y os lo dice alguien que ha tenido como entrenador a (Pep) Guardiola”, reza parte del texto escrito por el futbolista.
“Me fastidia un poco porque no quiere hablar de fútbol conmigo y yo quiero que me cuente anécdotas que haya tenido a lo largo de su carrera. Yo no pude vivir el fútbol profesional, por eso siento tanta curiosidad”, explica Rivas.
El prescriptor se ha reconvertido a sus 41 años en escritor de éxito. Su libro lleva tres ediciones en apenas su primer mes en el mercado. En él da rienda suelta a su extenso conocimiento del mundo del vino o de los distintos tipos de winelovers –amantes y aficionados de la bebida– con los que se ha topado en un viaje que dura ya más de dos décadas. Lanza, además, una advertencia que sirve de alegato para el consumo responsable del licor. “Nuestra manera de consumir se va a generalizar y, por tanto, normalizar para ir creciendo poco a poco, o mucho a mucho. Si tengo razón, el modelo de negocio va a ir cambiando de manera radical”.
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