El diccionario de un campeón del mundo
El exdeportivista Mauro Silva, padrino de un proyecto de LaLiga y la Embajada de España en Brasil, ayudará a impulsar la enseñanza del español en el segundo país extranjero con mayor número de alumnos que aprenden el idioma
La casa de Mauro Silva, un hombre que levantó la Copa del Mundo en 1994 con Brasil y seis años más tarde sería campeón liguero con el RC Deportivo de La Coruña, guarda entre medallas y otros honores un recuerdo al que solo él puede dar significado: un diccionario portugués-español. Ese fue el primer regalo que le hicieron sus nuevos compañeros de vestuario al aterrizar en Galicia, a comienzos de los noventa, y el que le permitió establecerse en un club donde sumaría 13 temporadas e integrarse en una ciudad que llegaría a bautizar una calle con su nombre. “Aprender el idioma fue vital y la mejor forma de hacerlo fue a través de los amigos. De las cosas que estoy más orgulloso es de las relaciones que construí fuera del fútbol, que aún conservo, y del amor que siempre sentí de la gente”, explica por videollamada desde su despacho el hoy vicepresidente de la federación paulista, el órgano rector del balompié en el estado de São Paulo. Cuando se cumplen dos décadas de su última gran gesta, la Copa del Rey que arrebató al Real Madrid en el Bernabéu, el mediocentro sigue convencido de que las lenguas unen tanto como la pasión por el fútbol. Por eso, está decidido a devolver ese obsequio que le hicieron apadrinando un proyecto para impulsar la enseñanza del español en su tierra natal.
La iniciativa de LaLiga y la Consejería de Educación de la Embajada de España en Brasil, bautizada como Camisa 10, nota 10 y que cuenta con la figura del exdeportivista como padrino, consiste en la creación de una serie de materiales educativos para el aprendizaje de la lengua de Cervantes que serán distribuidos a las secretarías de Educación de los 27 estados del país sudamericano. El objetivo es que esta publicación se convierta en la obra de referencia para los casi 24.000 profesores que imparten clases en los colegios y fuera de ellos y, por lo tanto, acabe abarcando los más de cuatro millones de estudiantes que aprenden el español en la nación extranjera donde más personas aprenden el idioma, solo por detrás de Estados Unidos, según cuenta Pedro Cortegoso, consejero de Educación de la Embajada española.
Con la vocación de llegar también a todos los aficionados al balompié, este manual ha sido concebido exclusivamente con ejercicios que giran en torno al deporte rey: incluye ejercicios de comprensión lectora en base a artículos publicados en prensa sobre ElClásico; glosarios con términos futbolísticos para ampliar el vocabulario —como “echar balones fuera”, “sudar la camiseta” o “casarse de penalti”— e incluso juegos con referencias a la historia de LaLiga, el fútbol femenino e incluso al patrimonio artístico y cultural o la comida de España, que tanto añora Silva.
El objetivo de este tipo de contenidos, que además de ser accesibles gratuitamente también se van a difundir a través de las redes sociales de LaLiga y la Embajada de España, es “trascender al público tradicional y más académico que se interesa por el español para llegar a uno mucho más amplio”, explica Xoán Calviño, asesor de la Consejería y autor del manual junto Marcial Izquierdo, profesor de lengua en el colegio Miguel de Cervantes de São Paulo. “En un país donde los tres principales deportes son el fútbol, el fútbol playa y el fútbol sala, creíamos que no había un lenguaje más universal y capaz de llegar a más gente”, añade Calviño.
La relación entre la pentacampeona del mundo y España, aventura el asesor, se ha estrechado gracias al paso por LaLiga de las principales estrellas brasileñas de los últimos años: de Ronaldo Nazário a Neymar, pasando por Ronaldinho, Kaká o los exdeportivistas Bebeto, Rivaldo y Mauro Silva. El mismo cinco de la canarinha, ahora centrado en la infraestructura, la gestión económica y los centros formativos de los clubes de São Paulo, admite que muchos chicos se le acercan para preguntarle acerca de su experiencia en la que allí se ve como “mejor liga del mundo”.
Lo que Silva siempre recalca a los jóvenes talentos, sin embargo, es que no pierdan de vista los estudios, lo que llama “su desarrollo humano”. Para él mismo, admite, el fútbol fue una tabla de salvación en una familia modesta de tres hermanos que su madre tuvo que tirar adelante sola, después del fallecimiento del padre. Pero ni así descuidó esa otra faceta de una vida, la del futbolista, que siempre es muy corta. “Cuando empecé a entrenar por las mañanas seguía yendo a clases por la noche”, recuerda.
Guiado por el ejemplo de compatriotas como Sócrates, símbolo del futbolista implicado con la consecución de nuevos derechos y la mejora de la vida de sus compatriotas, el mediocentro quiere, más que ser recordado como un ídolo del pasado, ayudar en el presente a que “el fútbol aporte más a la sociedad para mejorarla”.