¿Cómo tiraría este penalti? 99 pistas para no fallar
¿Asegurar o arriesgar? ¿Cuáles son las consecuencias de lanzar al centro o a la escuadra? Un análisis uno por uno de los 99 penaltis ejecutados esta campaña en LaLiga Santander revela las fórmulas de los especialistas y el comportamiento de los porteros
Imagínese en medio de un murmullo en un estadio a rebosar que poco a poco se desvanece en un silencio de expectación, mientras todas miradas se dirigen hacia usted. Tiene un balón entre las manos, lo coloca con mimo en el punto de penalti y da unos pasos hacía atrás para coger carrerilla. En un abismo de unos breves segundos solo caben el error o el acierto, la gloria o el fracaso y también un infinito abanico de posibilidades. Le puede pegar a la izquierda o a la derecha. Por arriba, con un chut duro, o buscando la base del palo con sutileza. Cuando se oye el pitido del árbitro y arranca a correr quizá ya es demasiado tarde para usted, pero ¿hacia dónde lanzaría? Quizá pueda ayudarle saber adónde fue el balón en los 99 penaltis lanzados hasta la fecha esta temporada en LaLiga Santander y qué pasó:
Tomar la decisión correcta desde los 11 metros puede decantar un partido y hasta un campeonato. Esta temporada, uno de cada diez de los 729 goles que se han marcado en la máxima categoría es fruto de una pena máxima. Y, sin embargo, aún se escucha algunas veces a periodistas, entrenadores o los propios jugadores definir esta acción como una suerte de lotería. ¿Es así, realmente? ¿Está el destino de un lance del juego tan crucial únicamente en manos del azar? ¿Existen trucos que puedan ayudar a porteros y lanzadores a mejorar su rendimiento?
El análisis de EL PAÍS de los 99 penaltis que se han producido hasta la jornada 29 –de los cuales 76 han terminado en gol, un 76,6%– ofrece algunas pistas. Por ejemplo, ocho de cada diez disparos han ido dirigidos de la mitad hacia abajo de la portería. Esa es la franja de seguridad de los lanzadores, aunque donde logran un porcentaje de acierto más alto es en las escuadras derecha e izquierda: 14 de 14 chuts acabaron al fondo de la red. El número de tiros cruzados y al lado de la pierna natural es muy similar, 52,2% por 47,8%, al igual que sus resultados: 11 y 12 errores respectivamente.
La zona de más riesgo es abajo y al centro: más de la mitad de los lanzamientos que han tomado esa trayectoria se han topado con el portero. Bajo palos solo un 9% de los guardametas se queda quieto en los 11 metros. En la mayoría de ocasiones (56,7%), los porteros se vencen a su derecha y en menor medida a la izquierda (34,3%). Esta toma de decisiones se traduce en que éstos aciertan la dirección de casi la mitad de los lanzamientos que reciben (48,4%). Aun así, en más de la mitad de estos casos no pueden evitar que el balón termine dentro de la portería (56,3%).
En total, uno de cada cinco penaltis (20) se ha topado con el portero. Solo ha habido dos ocasiones en las que el lanzador no acertó con la portería. En una Álex Fernández, del Cádiz CF, terminó mandando su envío en la madera y en la otra fue, curiosamente, el máximo goleador del campeonato, Karim Benzema, el que mandó la pelota por encima del larguero.
Una mezcla de conocimiento y psicología
El estudio de los hábitos de los lanzadores se ha convertido en una de las principales estrategias de los guardametas para frenarlos. El mes pasado, sin ir más lejos, el madridista Thibaut Courtouis recitó de memoria en una entrevista pospartido los últimos penaltis de Messi: “Ha fallado tres a la derecha y los otros los había metido cruzado”.
La estadística tiene, pues, su importancia. Los equipos buscan expertos en análisis de datos como asesores en los lanzamientos de penaltis. Autores de estudios, como el catedrático de London School of Economics, Ignacio Palacios-Huerta, o Daniel Memmert, de la Universidad de Colonia, han acabado asesorando a equipos como el Chelsea o las selecciones holandesa y alemana en esta materia.
Pero el big data no basta. El mismo Courtois añadió que “jugó un poco” con el delantero argentino –le señaló el lugar contrario donde se acabaría tirando– para plantearle una especie de juego mental que avalaría el mayor ‘parapenalties’ de la historia del fútbol español, el brasileño Diego Alves. Con 22 de 48 lanzamientos atajados en LaLiga Santander, el exvalencianista definía esta acción como una “guerra psicológica” y aseguraba que más que un gran conocimiento del rival lo más importante era tener “intuición”. “Después, si no hay velocidad y reflejos, no hay nada que hacer”, aseguraba en una entrevista en As en 2011.
El momento del partido y su trascendencia, el cansancio o la experiencia son factores que influyen en los ejecutores. El psicólogo e investigador noruego Geir Jordet estudió durante cinco años las tandas desde los 11 metros para llegar a la conclusión de que los nervios se pagan: si el lanzador colocaba con prisas la pelota o reaccionaba muy rápido al silbato del árbitro sus probabilidades de gol se reducían un 24%. También comprobó que solían fallar más en los momentos cruciales los mayores de 23 años, los jugadores menos habituales frente a la puerta contraria, como los defensas, o los que más minutos acumulaban en sus piernas.
Todo ello lleva a pensar que el éxito en este lance a vida o muerte viene de una sabia combinación de fortaleza mental, capacidad de anticipación, conocimiento, estrategia y una correcta ejecución técnica que cada uno aplica a su manera. A continuación, desvelamos los secretos de los grandes especialistas de la máxima categoría con datos aportados por los especialistas de Mediacoach, el equipo de análisis del juego que a través de los datos y el vídeo asesoran a los cuerpos técnicos de los 42 clubes de LaLiga.
El mediocentro valencianista es el jugador de LaLiga Santander que más penaltis ha anotado esta campaña junto al babazorro Joselu. Ha metido los seis que ha lanzado. Su efectividad está más que contrastada: solo ha fallado dos veces de 15 en la élite y el año pasado acertó tres veces en un mismo partido contra el Real Madrid. Su forma de ejecutar los lanzamientos –aguantar el máximo al portero y mirarlo a los ojos hasta instantes antes del golpeo, en una especie de duelo psicológico, como solía hacer el mítico Gaizka Mendieta– define su visión sobre este tipo de acción, que ha juzgado como “un juego con el portero”. Su zona predilecta es abajo y a la derecha, cruzando el disparo.
El capitán donostiarra es el jugador con más goles de penalti de las últimas tres temporadas ligueras (14). Sumando otras competiciones llegó a acertar 16 veces seguidas, la mejor racha de la historia de la Real Sociedad por delante de especialistas como Xabi Prieto. Con solo dos fallos a sus espaldas en LaLiga Santander, se ha ganado la etiqueta de especialista por su efectividad pero también por un particular estilo: frena antes de chutar, da un pequeño salto y acaba ejecutando con un giro de cadera y un golpeo sutil con el interior, confiando engañar al meta. ¿El secreto? Una cuestión de práctica, aseguró en 2021. “Los penaltis son momentos y cosas que se trabajan. No siempre es lotería”.
Aunque ya había asumido la responsabilidad en temporadas anteriores, esta es la primera campaña en la que el delantero gallego es el responsable de ejecutar los penaltis en el Deportivo Alavés. Y su rendimiento en este sentido es casi inmejorable: hasta el pasado fin de semana, cuando erró frente al Granada CF, había marcado los seis lanzamientos de los que había dispuesto, igualando al valencianista Carlos Soler como el máximo anotador en este tipo de acciones este curso. En sus disparos –a menudo fuertes y a media altura o abajo– ha variado mucho la dirección: cuatro a la derecha, dos a izquierda y uno al centro.
En su primera temporada en el fútbol español, el portero argentino de 34 años ha dejado un dato para el asombro desde los once metros, parando el 60% de los cinco penaltis que le han lanzado, el mejor promedio de la competición. Su fama de parapanaltis, sin embargo, no es nueva. Cuando vestía la camiseta del Aurora boliviano, en 2014, logró atajar siete de los ocho lanzamientos que le lanzaron ese año. Todo un récord mundial. Pese a todo, el mismo protagonista negó disponer de un método en una reciente entrevista en El Mundo: “Hace poco salió una nota diciendo que yo daba el secreto para parar penaltis. ¡No tengo ningún secreto! Hay una mínima posibilidad de pararlo y yo intento no tener dudas ante los que lo lanzan”.
Aunque esta campaña se ha visto superado las dos veces que le han disparado, el guardameta portugués que aterrizó el pasado verano en el Benito Villamarín procedente del Granada CF tiene el mejor porcentaje desde los 11 metros de las últimas tres campañas: ha atajado casi uno de cada tres disparos recibidos (31%). De las cinco paradas, cuatro fueron tras una buena estirada a su derecha y en respuesta a un tiro a media altura de un lanzador diestro que cruzó el balón. En más de la mitad de las acciones (56%) suele acercar la dirección de la pelota.
Al esloveno del Atlético de Madrid todos los aficionados le recuerdan ese penalti en el minuto 86 que le paró a Joselu y allanó el camino de los colchoneros hacia la consecución del título liguero la temporada pasada. El meta con cinco trofeos Zamora es un hombre de rachas: paró tres en la temporada 2017/18 y no volvió a hacerlo hasta 2021, su otro año de gloria en el que protagonizó tres paradas (dos en el curso 2020/21 y una en el 2021/2022). Oblak también es uno de los pocos porteros a los que otro meta, Marko Dimitrovic, batió desde el punto de penalti.