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Nadia Erostarbe: “Los mejores surfistas son los que más se lo creen”

La vasca, de 24 años, diploma olímpico en París 2024, debutará en el circuito mundial de surf esta semana, la primera mujer española que accede a la élite de la disciplina

Nadia Erostarbe en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Nadia Erostarbe en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París 2024.Ben Thouard (via REUTERS)

Nadia Erostarbe Géiser (Zarautz, País Vasco; 24 años) volverá a hacer historia para el surf español a partir de este lunes. A más de 12.000 kilómetros de casa, en la costa norte de la isla hawaiana de Oahu, la joven surfista vasca se enfrentará a una de las olas más icónicas del planeta, Banzai Pipeline. El Championship Tour (CT) de la World Surf League (WSL) de 2025, que vendría a ser el circuito ATP del surf, arranca en con una prueba equiparable a los Grand Slam del tenis, a la altura de Wimbledon o Roland Garros. La deportista, que ya obtuvo el primer diploma olímpico del surf español en París 2024, se convertirá en la primera mujer que accede a la élite de la disciplina.

Pregunta. ¿Cuándo y cómo se enteró de que estará entre las mejores surfistas del planeta?

Respuesta. Me desperté hará cosa de una semana y cuando fui a quitar la alarma, vi que tenía una llamada perdida y un mensaje del director del CT. “Llámame cuando puedas”. Yo había pedido que no dudaran en llamarme si alguien se lesionaba [sucedió con la francesa Johanne Defay]. Sabía que era el primer reemplazo para el circuito y lo primero que me dijo fue: “Tienes que estar en Hawái para el día 22″. Fueron un par de días intensos para cerrarlo todo, con muchas emociones por poder competir en un campeonato tan importante. La primera llamada que hice fue a Aritz [Aranburu] para pedirle consejo con las tablas y la ola.

P. ¿Qué significa poder competir en una prueba así?

R. Estar con las mejores del mundo es lo que buscamos todas las deportistas. Tener además la oportunidad de competir en Pipeline, uno de los eventos más importantes y singulares del mundo, es especial. Coger una buena ola aquí es un privilegio. Las mujeres llevan tan solo cuatro años compitiendo en esta ola y, viendo el nivel y espectáculo del año pasado, me motiva todavía más para venir aquí y darlo todo.

P. Es la primera mujer española que se mete entre las mejores del mundo, y solo hay 18 puestos…

R. Ser la primera es increíble, el poder contar con esa distinción. Estoy segura de que en el futuro habrá muchas más chicas españolas que accedan a la élite, pero ser la primera es bonito y muy especial.

P. Su vecino Aritz Aranburu era el único que había accedido a la élite hasta ahora…

R. Va por generaciones. No es fácil obtener buenos resultados en competición, si bien hay grandes surfistas en España como Natxo González, que se ha dedicado a las olas grandes. Los españoles lo están haciendo bien en varios mundiales júnior, así que van a ir llegando más compañeros a la élite.

P. ¿Quién la enganchó al surf?

R. La familia. Mis padres y hermana mayor también surfean y estar en el agua nos permitía hacer deporte y pasar tiempo en familia. Con tres años ya estaba subida a una tabla, y creo que lo hacía para copiar a mi hermana. Luego, con el tiempo, vi que era muy competitiva, que me gustaba ganar, así que me metí a competir cerca de casa y los buenos resultados hicieron que me planteara intentar vivir de esto.

P. Supongo que siendo de Zarautz, es algo natural sentirse llamado por el océano…

R. Sí. Somos un pueblo que está encima del mar y que siempre ha tenido mucha cultura surfera y con muy buenos referentes: Ibon Amatriain, Aritz, Indar Unanue, Hodei Collazo, Miriam Imaz… Además, durante mucho tiempo hubo una parada del circuito donde pasaron los mejores del mundo. Eso prendió la llama para que quisiera ser surfista profesional.

P. ¿Cuándo se dio cuenta de que podía hacer carrera en esta disciplina?

R. Cuando eres joven piensas que todo es mucho más fácil y todo esto no es tan caro. Con 15 años quedé quinta en el Europeo sub-21. Pensé que podía llegar muy arriba, pero al salir de Europa me di cuenta de que el nivel era muchísimo más alto todavía. Hubo años en que no pasaba ni una manga y me gastaba todo el dinero viajando alrededor del mundo. Esos momentos fueron duros, realmente me planteé si era posible vivir de ello.

P. ¿Y se puede?

R. Si estás en el circuito es posible. En este momento yo puedo sobrevivir gracias al surf. No tengo demasiadas ganancias, pero puedo financiar los viajes, la competición y hacer lo que más me gusta en este mundo, surfear y viajar con los amigos. Esto es una apuesta, ya que no se trata de un deporte donde ser el mejor español o europeo te permita vivir de ello.

P. El surf requiere de físico y técnica, ¿pero cuán importante es la parte mental?

R. Sin duda es de las más importantes. Todas las facetas son necesarias, pero hay un hecho evidente. Los mejores surfistas son los que más se lo creen, y los que hacen carrera son los que mayor fuerza mental tienen, incluso habiendo surfistas más talentosos que ellos. Es un deporte curioso, no es como los 100 metros lisos, donde el más rápido gana. Aquí entran muchos factores.

P. Se enfrenta a olas potentes y peligrosas, ¿no siente miedo?

R. Sí, está claro. Tengo miedo a Pipeline y tuve miedo a Tehaupo’o, la ola olímpica en Tahití. Son dos olas imponentes, y aquí ha muerto gente. Ver cómo las mujeres han aprovechado al máximo la oportunidad de competir en este tipo de olas, me motiva a superar los miedos que siento. Una vez en el mar, compitiendo, te sientes segura y no piensas en nada más. Fuera de competición es cuando más te comes la cabeza.

P. ¿Cuántas horas debe pasar en el agua en una semana normal?

R. Aquí dependemos del mar. Como estuve lesionada, llevo solo un mes de vuelta al agua. Lo ideal, como mínimo, es estar surfeando unas tres horas al día.

P. Vuelve a enfrentarse al reto de los tubos, ¿cómo se entrena un tipo de olas que no son habituales en España?

R. El secreto es moverte. No estamos acostumbrados a competir y surfear olas tan buenas. En los Juegos Olímpicos, la clave fue pasar horas en el sitio. Cuántas más horas acumules, más confiada estás cuando llega la competición. En España, nos movemos mucho por Francia buscando tubos y también viajamos a Canarias, donde sí son más comunes.

P. ¿Se acuerda del primer tubo que cogió en su vida?

R. Claro. El primer tubo bueno fue en Indonesia, en 2022. Uno bueno, bueno, fue en 2023 en Namibia, en Skeleton Bay, una de las mejores olas del planeta. Tuve la suerte de ir allí con mi pareja y amigos, y fue hasta hace poco la mejor ola de mi vida. Luego, en Tahití, mejoré esa experiencia.

P. Entonces, en un par de años tuvo que adaptarse a un tipo de ola desconocido.

R. Sí, exacto. Fueron dos años en los que me dediqué a buscar tubos. Namibia, Nicaragua, todo para ir dando pasos y mejorando. Tehaupo’o me ha dado muchísima confianza.

P. ¿Y qué ha hecho para conseguir dar ese salto de calidad?

R. Un poco de todo. Gran parte es creértelo. Después hay que seguir trabajando mucho. Pasar tiempo en el agua, entrenando, analizando imágenes y viendo cómo lo hacen los mejores. Necesitas algo de talento, pero el trabajo no te lo quita nadie.

P. ¿Qué significó para usted estar unos Juegos?

R. Antes de llegar allí, no entendía la dimensión del asunto. No estamos nada acostumbrados a tanta atención mediática. Fue uno de los deportes más vistos de los Juegos, en un sitio muy vistoso y con una energía especial. Cuando ves esa ola, quizás entiendes mejor por qué nos pasamos la vida dando vueltas para encontrar las mejores olas. La quinta plaza fue la guinda del pastel, aunque como toda competidora me hubiera gustado algo más, pero quedé satisfecha con mi rendimiento.

P. ¿Qué objetivos se marca este año?

R. El primer objetivo es hacer un buen campeonato y coger buenas olas. Demostrarme que merezco estar aquí. Luego, el objetivo será clasificarse de forma permanente para el circuito mundial. Dependerá de si puedo competir y hacerlo bien en otras pruebas como reemplazo y sino me lo jugaré en las series de clasificación a partir de junio, donde iba muy bien el año pasado hasta que me lesioné y no pude hacer mi mejor surf en las dos últimas pruebas puntuables.

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