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El rally Dakar asiste a un auténtico ‘thriller’ entre Sainz y Loeb

Los dos candidatos a la victoria en coches protagonizan un bonito duelo en la víspera de la etapa decisiva del rally, con el francés acercándose a 13 minutos del español en la general

Carlos Sainz durante la décima etapa del Rally Dakar 2024 of the Dakar Rally 2024.
Carlos Sainz durante la décima etapa del Rally Dakar 2024 of the Dakar Rally 2024.PATRICK HERTZOG (AFP)

Cuando dos pilotos se juegan de tú a tú el rally Dakar, el ritmo que imprimen sobre el terreno resulta diferencial a simple vista. Los giros son más violentos, la polvareda mucho más densa. La sensación sobre la arena es de gas a fondo, infinitamente superior a la de los demás en ese mismo punto de paso. Sébastien Loeb ya avisó que su táctica sería pisar lo máximo posible el acelerador, y Carlos Sainz no se quedó corto para salvar una décima etapa que por momentos se le complicó bastante. El ‘thriller’ entre excompañeros de equipo, amigos y leyendas de los rallies vivió otro episodio del serial en una especial de 371 kilómetros con salida y meta en los preciosos cañones de Al Ula, un escenario tan dramático como el desenlace de la 46ª edición de la prueba reina del rally-raid.

Guerlain Chicherit se llevó la etapa con un tiempo de 3h19m27s, pero fue el duelo a cuchillo entre Sainz y Loeb el que mantuvo en vilo a todo el vivac. Ambos llegaron lejos del ganador, el primero 22º a 24m48s y el segundo 17º a 17m17s, después de sufrir reveses que ni pintados para un guion de Hollywood. La distancia entre ambos ahora es de 13m22s a favor del español.

El suspense arrancó incluso antes del inicio de la etapa, cuando el francés tuvo que parar en mitad del enlace por carretera hasta el comienzo de la especial por un problema hidráulico en su Prodrive. Solventó la papeleta a tiempo y llegó al control de salida tan solo cinco minutos antes del horario establecido. Luego, fue también él el primero en pinchar durante la etapa y ceder tiempo en la general. El nueve veces campeón del mundo de WRC se quejó en la línea de meta del gato hidráulico de su vehículo, que se estropeó en el peor de los momentos. “Sufrimos dos pinchazos y hemos tenido que subir a unas piedras para poder cambiar la rueda de atrás, habremos perdido más de 15 minutos en ello”, lamentó. Entre las desgracias de su jornada, tampoco le quedaba batería a su pistola para acelerar el proceso del cambio.

El Audi del español, sin embargo, tuvo también sus problemas, y tres pinchazos torcieron el relato en su contra cuando todo remaba a su favor. En un abrir y cerrar de ojos, Sainz sintió de nuevo el aliento de su perseguidor, que llegó a colocarse a tan solo cuatro minutos en la general a mitad de etapa. La mala suerte, en esta ocasión, no se cebó contra el madrileño, que además dio el susto al desaparecer del mapa en el tramo inicial por un fallo de funcionamiento de su GPS. La ayuda de su compañero Mattias Ekström, que le cedió dos ruedas para minimizar daños, fue esencial. También le alcanzó para arrimar el hombro Stéphane Peterhansel. “Sin esas dos ruedas, Carlos debería haber esperado al camión de asistencia, es bueno sin duda tener a los tres vehículos en carrera”, subrayó ‘Monsieur Dakar’. Ese hipotético hubiera sido su sentencia.

El Audi de Carlos Sainz, durante la etapa.
El Audi de Carlos Sainz, durante la etapa.Aaron Wishart (EFE)

El resto lo puso el madrileño para salvar los muebles y llegar con la ventaja táctica y temporal a la penúltima y decisiva etapa del rally. “Ha sido una etapa de muchísimas piedras, mucho más de lo que esperábamos. Hemos visto que hemos adelantado a Loeb y yo iba despacio, sin tomar ningún tipo de riesgo, y aun así hemos pinchado tres veces... ¡Es que no sabes qué hacer! Yendo despacio, pinchas; vas rápido y pinchas igual”, comentaba el madrileño, frustrado y enrabietado con Romain Dumas, a quien fue a buscar tras cruzar la línea de meta por no haberle dejado pasar durante un buen rato cuando claramente imprimía un ritmo superior sobre la trazada.

Las piedras preocupan a los competidores

La respuesta de Sainz en el tramo final este miércoles fue demoledora, una defensa férrea de su liderato que le permitió recuperar siete minutos en apenas 40 kilómetros para mitigar las ganancias de Loeb. “Esperaba perder más tiempo, hubo un momento que perdíamos como 16 minutos”, constataba. “Al final de la etapa hemos ido bien, atacando, a pesar del polvo”. Ahora, el francés acecha a poco más de 13 minutos cuando llega una de las jornadas más señaladas de la edición de 2024. La undécima especial, un calco inverso a la segunda etapa del año pasado, que arruinó la carrera por el exceso de pinchazos a un montón de favoritos, será el escenario previo a la meta definitiva del rally en Yanbu. En aquel escenario perdió Loeb toda opción de competir por el Touareg, mientras que Sainz también las pasó canutas, pero salvó entonces su liderato sobre Nasser Al-Attiyah, a la postre ganador de la anterior edición. La organización prevé algunos cambios de última hora que reducirán el recorrido de 480 a 420 kilómetros. Salir tan atrás, reconoció el español, puede ser muy positivo ante la escabechina que se espera. Loeb también hará lo mismo, así que no habrá ventaja en este sentido más allá de la ausencia de compañeros para el aspirante francés.

El piloto francés  Sebastien Loeb, del equipo Bahrain Raid Xtreme, y su copiloto belga, Fabian Lurquin, compiten durante la etapa 10 del rally Dakar 2024.
El piloto francés Sebastien Loeb, del equipo Bahrain Raid Xtreme, y su copiloto belga, Fabian Lurquin, compiten durante la etapa 10 del rally Dakar 2024. PATRICK HERTZOG (AFP)

Todo ello prevé un desenlace espectacular, con los fuegos artificiales preparados ya en el afilado pedregal y David Castera, director de la prueba, frotándose las manos con la expectativas generadas. Sven Quandt, jefe del proyecto de Audi, que busca su primera y última corona tras solo tres años de proyecto, definió estos días el recorrido del jueves como una auténtica lotería, y en el Dakar solo se reparte un ‘Gordo’. Sainz espera llevárselo por cuarta vez en su trayectoria, mientras que Loeb aspira a su primer entorchado en el ‘rally de rallies’ después de ocho intentonas. El espectáculo está servido cuando quedan dos etapas.

Ricky Brabec, en motos, ganó la séptima etapa de diez posibles para Honda tras otra exhibición de trabajo en equipo de la fábrica japonesa, que aspira a colocar a tres de sus pilotos en el podio. El estadounidense es más líder y cuenta con un colchón de 10 minutos sobre Ross Branch (Hero), perseguido de cerca por Adrien Van Beveren y Nacho Cornejo en aras del triplete de la marca del ala dorada.

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