El Barça sufre, pero pasa a la final de la Champions
Las azulgrana se clasifican para su cuarta final de la Liga de Campeones tras empatar a uno con el Chelsea ante más de 70.000 espectadores en el Camp Nou
Un Barcelona escueto de goles jugó con fuego en el imponente Camp Nou. Arropadas por 72.262 espectadores, las azulgrana acusaron la falta de puntería al mismo tiempo que dejaron crecer al Chelsea. Y sufrieron. Sufrieron mucho. Cuando parecía que el gol de Graham Hansen (una vez más) regaba de tranquilidad el Camp Nou e invitaba a soñar con el regreso de Putellas —en el banquillo después de más de nueve meses en la enfermería—, el Chelsea se rebeló para traer el suspense a la eliminatoria. Quedó solo en eso, un susto. El Barça empató ante el Chelsea (1-1, 0-1 en la ida en Stamford Bridge) y jugará su cuarta final de la Champions en las últimas cinco temporadas contra el vencedor del duelo entre el Wolfsburgo y el Arsenal (2-2 en la ida, la vuelta se disputa el lunes día 1).
La intención del Chelsea de ahogar al Barcelona en la salida del balón duró un suspiro. Lo que tardó el conjunto azulgrana en encontrar el puente en dirección a Aitana Bonmatí. La interior azulgrana cogió el timón de las azulgrana, siempre cerca de Walsh y de Guijarro. El Barça había tomado nota del duelo de la ida en Stamford Bridge. Había que elevar la presión para controlar el balón y así despertar el fútbol de Bonmatí.
Con la pelota en sus botas, el Barça conoce el libreto: paciencia en la circulación del balón. El problema fue que a las azulgrana les faltaba capacidad de sorpresa. Había una excepción, claro. Y era cuando el balón aterrizaba en Graham Hansen. La delantera del Barcelona es una máquina de romper líneas. Tan rápida como habilidosa, Graham Hansen y su sociedad con Bonmatí monopolizaban el ataque del Barcelona a la espera de que se le encienda la luz a Oshoala, también del regreso de Putellas, la centrocampista con más gol del planeta. No apareció Oshoala, no volvió Alexia. Sí, en cambio, se encontraron Aitana y Graham para firmar el 1-0.
No acostumbra a sorprender Giráldez con la alineación. No hay quien mueva a Sandra Paños de la portería y lo mismo pasa en la zaga con Irene Paredes, Mapi León y Rolfo. Este jueves se les sumó Marta Torrejón en el lugar de la lesionada Lucy Bronze. En el centro del campo pasa exactamente lo mismo. Partido grande, partido para Aitana, Walsh y Guijarro. En cambio, en el ataque se le presentan los interrogantes al técnico del Barcelona. A Graham Hansen, evidentemente, no hay quien la saque del once inicial. Las dudas comienzan a la hora de localizar a las acompañantes de la noruega.
En Londres, Giráldez mezcló a Graham Hansen con Geyse y Paralluelo. No lo terminó de convencer. Eso sí, el técnico del Barcelona tiene clara su apuesta, quiere dos delanteras que ataquen al espacio y otra que se acerque a la medular. Menos de una semana más tarde, en la vuelta en el Camp Nou, el Barça apostó por Mariona y Oshoala para complementar a Hansen. Atacó mejor el conjunto azulgrana. Le faltó, sin embargo, lo que le falta en las grandes citas: gol. En Barcelona, en cambio, a las azulgrana se le atragantaba la portería de Berger.
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— UEFA Women’s Champions League (@UWCL) April 27, 2023
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La falta de remate del Barcelona dejaba vivo al Chelsea en la eliminatoria, al mismo tiempo que ponía en jaque la vuelta de Putellas al césped. Giráldez no estaba dispuesto a arriesgar con el regreso de Alexia si el duelo ante el Chelsea no estaba cerrado. Y no lo estaba, mucho menos con el cuadro londinense a la espera de aprovechar un despiste. Tenía con qué. En el campo estaba la poderosa Sam Kerr, en el banquillo Pernille Harder. La australiana encontró el hueco por la espalda de Torrejón y forzó la jugada del empate de Reiten.
Suspense en el Camp Nou. Malas noticias para el Barça, también para Putellas, a la que se le atragantaba su regreso. En España se pasean, sí, pero en Europa se llevaron un susto. Solo un susto.
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