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Joaquín, tras anunciar que se retira: “Me da pavor no volver a oler a hierba”

El capitán del Betis, de 41 años, seguirá ligado al club andaluz en la parcela deportiva. Asegura que no le retira el físico: “No estoy aburrido ni he dejado de sentirme futbolista”

Joaquín no ha podido reprimir las lágrimas de emoción, este jueves en Sevilla.Foto: ALEJANDRO RUESGA | Vídeo: EPV
Rafael Pineda

Joaquín se levantó de su asiento cuando vio entrar a su padre, Aurelio, en la sala noble de la ciudad deportiva Luis del Sol, donde explicaba por qué se retirará a final de temporada. Con lágrimas en los ojos, el jugador del Betis le llevó hasta su lado mientras los aplausos estallaban. “Estoy muy viejo. Cuántos ratos buenos me ha hecho pasar Joaquín. Es bueno por los cuatro costaós. Y muy buen futbolista”, afirmó su padre, de 78 años, con la voz quebrada. “Papá, cumplí tu sueño y el mío de ser futbolista de Primera en el Betis”, le dijo Joaquín. Una breve conversación que condensó el fuerte sentimiento que une a un padre y a un hijo en un momento muy especial. Sus padres y una familia humilde de ocho hermanos de El Puerto de Santamaría se volcaron para que Joaquín pudiera ser futbolista. Todos estuvieron presentes en su acto de despedida, un adiós que se plasmará al final de la presente temporada. Dejará el fútbol a punto de cumplir 42 años y con, de momento, 615 partidos en Primera (el segundo de la historia después de Zubizarreta, con 622) y 23 temporadas como profesional.

Joaquín, que había hecho el anuncio un día antes a través de las redes sociales, no paró de llorar. Ni en su discurso, ni cuando luego, ante los periodistas que han seguido toda su carrera, confesó su secreto más íntimo. “No me retira el físico. Me siento muy bien con 41 años. Lo ha hecho mi cabeza y una voz interior que me dice que es el momento adecuado de hacerlo. No estoy aburrido ni he dejado de sentirme futbolista, pero esa voz interior me decía que era el momento”, aclaraba la leyenda del Betis, el único en la historia del club en conseguir dos títulos, la Copa del Rey de 2005 y la de 2022. Ambas flanqueaban al legendario capitán, muy elegante con un traje azul marino y una corbata cuyo nudo le complicó, por momentos, su alocución. Un capitán que también expresó sus inquietudes: “Me da miedo echar de menos más de la cuenta el fútbol. Me da algo de pavor no volver a oler a hierba, a bota, ese vestuario con los compañeros, todos esos momentos de intimidad en la caseta”, explicaba Joaquín.

“23 años han dado para muchas cosas y soy parte indispensable de esta bendita locura llamada fútbol”, aclaró el capitán del Betis, por lo que su futuro estará ligado al propio Betis y en la parcela deportiva. La intención del club verdibanco es que Joaquín se mantenga muy pegado a la primera plantilla bética. Temen que su salida del vestuario pueda provocar un impacto importante. Al acto del adiós asistieron todos sus compañeros, que le hicieron el pasillo a su entrada a un salón repleto de directivos, técnicos y periodistas, así como todos los miembros del cuerpo técnico, presidido por Manuel Pellegrini. Del mismo modo, compañeros campeones de la Copa de 2005, caso de Juanito, Capi, Rivas, Arzu, Doblas y Fernando, así como Juan Merino, capitán del equipo cuando Joaquín debutó en el mismo en septiembre de año 2000 en un duelo de Segunda División ante el Compostela.

“Tengo que aprender y definiremos cuál será mi próximo papel en el Betis”, aclaró Joaquín, quien es, además, un importante accionista de la entidad. Realizará funciones de representación del club en compañía de otra leyenda del Betis, Rafael Gordillo, aunque estará muy pegado a la primera plantilla. De hecho, la intención de los dirigentes del club es que participe en todos los viajes del equipo junto a sus compañeros.

El acto del adiós de Joaquín supuso emprender un viaje en el que cupieron prácticamente todas las etapas de su carrera deportiva, obviamente las del Betis. Joaquín también formó parte de un gran Valencia, desde 2006 a 2011, donde es muy querido y en donde nacieron sus dos hijas. Allí ganó el segundo título de su carrera, la Copa del Rey de 2008. Luego jugó en el fantástico Málaga, también dirigido por Pellegrini, que llegó a los cuartos de final de la Champions (de 2011 a 2013), y dos años en su única experiencia en el extranjero con la Fiorentina (2013-2015) antes de regresar al Betis.

El presidente del Betis, Ángel Haro, tomó la palabra para anunciar un partido homenaje a la conclusión de esta temporada. Un choque en el Benito Villamarín donde se enfrentarán compañeros de sus dos etapas en el Betis contra otro combinado con futbolistas a los que se ha enfrentado a lo largo de su dilatada trayectoria. En ese equipo, entre otros, jugarán futbolistas como Baptista, Figo o David Villa. Todo lo que se recaude en ese partido irá destinado a financiar el otro gran proyecto que Joaquín tiene entre manos, que es la creación de la Fundación Joaquín Sánchez, que tendrá como misión fundamental pelear contra el cáncer infantil. Los pasos ya se han dado y en apenas dos o tres semanas quedará legalmente constituida.

Los otros capitanes del equipo bético, Canales, Guardado y Fekir, este con muletas, tomaron también la palabra para agradecer a Joaquín su compromiso y liderazgo. Rafael Gordillo, presidente de relaciones externas del club, recordó cómo debutó con 19 años siendo él delegado del primer equipo. “Lopera me pagaba por ser delegado y miembro de la secretaría técnica, él era así, y me encontré con este chaval que venía como un tren”, afirmó con lágrimas en los ojos. “No lloraba tanto desde que vi una película con el míster Rafael Iriondo en los años 70″, bromeó Gordillo. José Ramón Esnaola, portero campeón de la primera Copa del Rey del Betis en 1977 y otro de los mitos de la entidad, recordó cómo le tuvo que levantar la moral a Joaquín en el filial, en 1998, cuando se estaba pensando volver a El Puerto de Santamaría. “Me pidió jugar yendo a Jaén y lo puse. Eso lo cambió todo”, recordó Esnaola. Eduardo Espejo, su representante y amigo, así como su compañero y amigo del alma, Juanito, también intervinieron en un acto celebrado con vistas al campo principal de la ciudad deportiva Luis del Sol. En un momento dado, Joaquín hizo una pausa y miró por el amplio ventanal. “Ahí está mi vida”, dijo, justo antes de abrazarse con su mujer y sus dos hijas adolescentes. “Ahora me vais a tener que aguantar en casa”, les dijo entre lágrimas.

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