Willy Hernangómez, oro mundial y europeo, e invisible en la NBA
El pívot, líder de la España campeona, solo ha disputado 14 minutos en seis partidos de los Pelicans
Vigente campeón del mundo y de Europa con España. Nombrado mejor jugador del Eurobasket conquistado con la selección hace mes y medio. Máximo anotador (17,2 puntos por partido) y reboteador (6,9) del equipo campeón en la cita europea. Una estrella. Y sin embargo, el último suplente en su equipo en la NBA. El caso de Willy Hernangómez refleja esa mirada tan diferente que en ocasiones tienen el baloncesto europeo y la liga estadounidense sobre una de sus piezas. El pívot madrileño, de 28 años y 2,09m, regresó a finales de septiembre a Nueva Orleans para enrolarse en su tercera temporada en los Pelicans con un traje diferente al que vestía antes del verano. El oro que se colgó con la camiseta número 14 de la selección (dorsal que eligió por ser el mismo que Fernando Alonso) con un protagonismo desbordante en ataque le mandó de vuelta a la NBA con la autoestima por las nubes y la convicción de que su figura sería más relevante que en otras campañas.
En cualquier caso, lo que no entraba en ninguna previsión es su arrinconamiento en los seis partidos disputados por los Pelicans en la temporada. Willy solo ha participado en dos de ellos, y casi de puntillas: 14 minutos en total, algo más de cinco contra Charlotte y el resto ante Phoenix; y cuatro puntos, una asistencia y nueve rebotes, cinco en defensa y cuatro en ataque. En la última parada, el duelo del pasado domingo contra los Clippers, fue el único de la plantilla de los Pelicans que no jugó ni un segundo. Un mvp a la sombra.
“Quiero jugar, ellos saben que quiero jugar y espero que sea aquí y no pase como otros años. Vengo con mucha confianza. Después del Eurobasket hay más equipos interesados en mí”, expresó Willy antes del inicio de la temporada, aterrizado en la NBA como el mejor del Eurobasket. Con la selección fue siempre el cinco titular, salió vencedor ante murallas como Sabonis y Gobert, y en cuartos contra Finlandia emergió con 27 puntos. Willy hizo bueno el plan del seleccionador, Sergio Scariolo, que le apretó para ser “una estrella”.
Buena parte del trabajo individual del entrenador italiano se focalizó en el pívot criado en Las Rozas, hijo de una campeona europea con España, Wonny Geuer, y de un exjugador del Real Madrid, Guillermo Hernangómez. Entendía Scariolo que era la hora y el escenario para dar ese paso al frente que en anteriores citas le había sido vetado por la gigantesca presencia de los hermanos Gasol. En Tbilisi y en Berlín, sedes del Europeo, Willy Hernangómez tenía por fin pista libre. “Él entendió que tenía por delante dos leyendas [Pau y Marc] y esperó su momento. Ahora tenía que asumir ese rol. Lo hizo y es una asunción de responsabilidad de cara al futuro. Willy es un jugador que tiene margen de mejora y al que los compañeros le mirarán con otros ojos porque esperarán que todos los días, todos los partidos, sea un líder, un ejemplo y una referencia. Ese es el dulce precio que hay que pagar a cambio de un estatus”, explicó Scariolo a EL PAÍS con el oro al cuello.
El propio jugador, también en una entrevista en este periódico, asumía esas nuevas obligaciones: “Estoy muy feliz de ser un líder y tener más responsabilidad. Me siento más importante. Después del trabajo de estos años que a veces no se ha visto tanto, ahora disfruto de minutos y de confianza. Mi mejor baloncesto está por llegar”. Willy fue el líder en la pista de la España campeona igual que Rudy en el camerino y Scariolo en la pizarra.
Con esas hechuras de hombre fuerte se plantó en Nueva Orleans apenas una semana después de besar el oro continental. En el equipo americano le recibieron con una cena sorpresa y una tarta. La plantilla se había reunido para ver los encuentros de España a partir de los octavos contra Lituania, y Willy llamaba a la puerta para al menos ser un jugador importante en la rotación de los Pelicans. Pero el técnico, Willie Green, apenas lo incluye en la rueda. Jonas Valanciunas, Zion Williamson, Brandon Ingram, Larry Nance Júnior y Jaxson Hayes son la competencia que hasta ahora ha dejado casi en blanco a la estrella española. El cambio de aires si la situación continúa así va cogiendo forma.
“Tiene mucha gente por delante de él”, comenta José Luis Pichel, actual entrenador interino del Fuenlabrada y el técnico que durante los veranos trabaja de manera individual con Willy Hernangómez. “Las franquicias americanas a veces buscan cosas distintas de lo que esperamos y eso se escapa al control del jugador. Nosotros en el baloncesto europeo damos mucho valor a los jugadores que compiten bien. Bajo nuestro prisma, Willy y Valanciunas son los dos mejores cincos del equipo de una manera indiscutible. Pero allí a veces se priorizan otros valores baloncestísticos, pesan los contratos o querer mostrar a un jugador. Espero que su situación cambie cuanto antes, bien porque juegue más o porque haya un traspaso. Este es un año muy importante para Willy y por respeto a él no querrán tenerlo allí sin jugar”.
El pívot español tiene por delante dos cursos más de contrato con los Pelicans, aunque el conjunto de Nueva Orleans puede romper unilateralmente ese vínculo el próximo junio. El corte dejaría a Willy como agente libre y poca exposición si sigue calentando banquillo. En juego está su continuidad en una NBA donde ya suma tres mudanzas: desde que llegó con 22 años en 2016 hasta 2018 jugó en los Knicks, hasta 2020 en Charlotte y ahora en Nueva Orleans. Un viaje en que ha forrado su físico (desembarcó pesando 105 kilos y ahora está en 120) y en el que acumula 308 encuentros, 46 como titular: 15,3 minutos, 7,4 puntos y 5,9 rebotes por noche. Hoy, el mejor del Eurobasket es casi invisible en la NBA.
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